Cut the Rope
Om Nom en tres dimensiones.
Cut the Rope - Análisis
Hay juegos de móviles que han llegado a triunfar, algunos por una gran difusión y otros por ofrecer una dosis de calidad diferente a la del juego tradicional que sabe enganchar. Si hiciéramos una lista de los que más éxito han tenido, tendríamos seguro a Cut the Rope entre ellos, no sólo por el juego en sí, sino por todo el merchandising que han sabido crear con su adorable mascota On Nom. Eso sí, el trabajo del juego es sólido y se ha sabido colocar como una propuesta bastante adictiva y de `darle al coco´ para sesiones cortas de juego.
Al igual que ha pasado con otros títulos de móvil, Cut the Rope se ha versionado para la portátil de Nintendo a través de la eShop (aunque ya había una versión para DSiWare). Para este trabajo los rusos de Zeptolab han contado con la colaboración del estudio español Abylight, que ha sido el responsable de realizar una conversión lo más decente posible a la plataforma con 3D.
El juego conserva íntegras su frescura y jugabilidad a través de la pantalla táctil, dejando la pantalla superior para mostrar a un Om Nom en tres dimensiones, con todos esos gestos que encandilan a niños – y no tan niños – y que le han hecho tan popular. Hay quien podría esperar más trabajo con contenido que aproveche las funcionalidades exclusivas de 3DS, pero realmente no es necesario. Siendo como es, todo aquel que no lo haya probado en sistemas móviles tendrá una experiencia idéntica a la original, con el único cambio mínimo de reajustar la imagen para que siente bien a la pantalla de la portátil.
Cut the Rope se compone de trescientos niveles repartidos en doce mundos denominados cajas. En cada fase el objetivo es que, mediante el corte diversas cuerdas que hay en pantalla, consigamos llevar un caramelo a la boca del adorable bicho amante de los dulces. Al principio es una tarea sencilla, pero poco a poco se va complicando añadiendo nuevas mecánicas de juego, como la inclusión de burbujas que flotan, almohadillas de viento, sombreros teleportadores y otros cuantos objetos más que consiguen hacer que la experiencia vaya renovándose y no caiga en la monotonía. Por si fuera poco el desafío que puede suponer alimentar a Om Nom, en cada nivel hay tres estrellas que el caramelo debe coger para conseguir una mayor puntuación, aunque no es algo que sirva sólo para eso, ya que con cierto número de estrellas iremos desbloqueando los nuevos mundos del juego.
Estamos por lo tanto ante un juego de puzles, pero no unos que podamos resolver tranquilamente, ya que una vez hayamos comenzado a mover el caramelo nuestra ejecución debe ser rápida y habilidosa para que cumplamos el objetivo. Es un detalle importante puesto que la mayoría de veces el género de los puzles, aunque tenga limitaciones de tiempo, no requiere esa rapidez de movimientos que aquí sí está presente. Hay que tener en cuenta que las posibilidades de error son altísimas, ya que la posibilidad de que cortemos una cuerda en un momento inadecuado o utilicemos un objeto a destiempo pueden llevarnos al fracaso, de ahí que el botón de reiniciar nivel esté siempre en la esquina superior izquierda para agilizar el proceso. Por suerte tiene un buen equilibrio en la duración de cada fase, lo que permite que la repetición nunca sea larga y no se nos corte el ritmo de juego si fallamos en varias ocasiones.
Hay un problema que merece ser nombrado respecto a la precisión del juego. En escasas ocasiones nos encontraremos que la superficie de corte entre dos cuerdas es muy pequeña, con lo que es probable que cortemos dos en lugar de una, algo que puede sacarnos de quicio en secciones que requieran velocidad. A esto hay que añadir que, aunque la superficie que ocupa el objeto almohadilla es grande, su espacio de pulsación es considerablemente menor. Si no lo sanemos de antemano nos llevará a cometer varios errores. Si tenemos en cuenta estos dos pequeños detalles seguramente nos ahorraremos algún que otro berrinche.
Comparándolo con la versión de DSiWare, aquí tenemos gráficos ligeramente mejor presentados, a mayor resolución y, sobre todo, a un bichito mono en la pantalla superior que, aunque no aporte nada a nivel jugable, es un reclamo adorable que consigue captar la atención. Se puede criticar que, a día de hoy, esta versión no disponga de niveles de las secuelas o algún otro extra interesante, pero lo importante es que al ser de 3DS permite fácilmente la inclusión de expansiones o DLC adquiribles desde la eShop de una manera más fluida. Sería interesante que si las ventas acompañan, hagan uso de esta función y tengamos más niveles dentro de algún tiempo (aunque completar todo el juego nos llevará lo suyo).
En definitiva, podemos decir que Cut the Rope consigue satisfacer una de las necesidades que los juegos descargables satisfacen, la de ofrecer una experiencia adictiva fácil de ejecutar en cualquier momento y perfecto para partidas rápidas. Es un título que merece ser jugado por casi todo el mundo al que le encanten los puzles rápidos de habilidad, aunque obviamente el que lo haya jugado en móvil no tiene ningún aliciente en esta versión de 3DS.
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