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Contra Rebirth

Los soldados más machos de la tierra y parte del universo vuelven a la carga con las viejas ropas desgastadas y unas armas de munición infinita que podría llegar a agotarse.

Contra Rebirth - Análisis

Primero fue Gradius Rebirth, y ahora es el turno de Contra. La historia habla de un soldado que es requerido por el presidente del mundo para luchar... Un momento, ¡esto es Contra y aquí no hay historia que importe! Sales ahí, escoges a un personaje de los disponibles, el nivel de dificultad y a partirse la cara contra todo bicho viviente. El único objetivo es avanzar sin ser rozado por absolutamente nada, porque eso implica la muerte. Oleadas de enemigos que buscan chocarse o abren fuego salen por todos lados, así que lo mejor es no dejar de disparar.

Contra Rebirth mantiene la jugabilidad intacta con un esquema de manejo tradicional de salto, disparo y fijar posición. Si quieres hacerlo bien tendrás que saber por dónde sale cada bicho y dónde te esperan los de posición fija, que te matarán una vez pero no la siguiente. Conserva la posibilidad de guardar dos armas, pero sólo han incluido el disparo en ráfaga dispersa (S), los misiles perseguidores (H) y el láser (L), olvidando otras de la serie famosas desde la primera entrega. Es muy importante aprender a gestionarlas porque hay mucha diferencia entre enfrentarse contra el mundo bien equipado o con tu pequeña ametralladora.

 

 

Esta característica, propia de la serie Contra para premiar a los menos suicidas, queda muy al descubierto en Rebirth por culpa de un diseño de niveles no tan bueno como al que nos acostumbramos en el pasado y que recuperó a la perfección WayForward con el sublime Contra IV para Nintendo DS. Las pantallas son excesivamente simples, casi sin variaciones en el terreno ni dificultades plataformeras. No hay caminos diferenciados por los que arriesgar o saltos imposibles. O lo que es peor, sabiendo que eso es imprescindible en la serie han metido un momento y sólo uno de los gloriosos como intentando contentar. Hay cierto reciclaje nostálgico de Contra III, quizá el juego que se ha buscado resucitar.

Las luchas contra los jefes finales tampoco están a la altura. Están divididas en dos partes: primero llega su esbirro mayor a ponerte en apuros y matarte alguna vida, es decir, a robarte alguna de esas armas que tanto vas a necesitar; y después aparece el monstruo. Ninguno transmite inspiración sino más bien mezcla de ideas que alguna vez funcionaron. Son, además, muy cortos, poco resistentes.

 

 

También de esa tercera parte viene el estilo gráfico. Su aspecto a 16 bits esconde un aumento de resolución y un aprovechamiento de las escalas de colores y de las técnicas de animación de muñecos poco probables en aquel momento, además de un despliegue de partículas muy superior que ayudan a dar ese aspecto de saturación. La pixelación de los sprites, la música de organillo y el diseño de menús se encargan de devolver al jugador al pasado. Mención especialmente negativa a la primera melodía, remezcla sin gusto de la que abría Contra.

Todos los mandos son válidos para machacar alienígenas y robots. En el control por defecto del Wiimote en horizontal el cambio de arma es engorroso, pero por suerte pueden cambiarse los botones al gusto. Mejor los mandos tradicionales. Suficiente y eficiente.

 

 

Y cuando estés empezando a disfrutar de Contra Rebirth, se acabará. Son sólo cinco pantallas que un jugador experto se merendará de una sentada. La culpa es, sobre todo, de los continúes infinitos, un mal de nuestros días. Hay tres modos de juego iniciales, todos por encima de su dificultad teórica. Al completarlos hay un soldado de recompensa y un modo más de juego, sólo para valientes, en el que cada enemigo abatido lanza una última bala. Y lo repito, serán miles en cinco pantallas.

Contra Rebirth es un buen pasatiempos que saciará las ansias de muchos nostálgicos y que enseñará a los nuevos cómo nos las gastábamos hace un par de décadas a un precio muy asequible, 1.000 Puntos Wii. Un impulso consumista del que no te arrepentirás. Sin embargo, Konami se ha limitado a sumar trozos de éxito sin buscar la chispa que siempre estuvo en los originales y que regresó hace muy poco a Nintendo DS con el digno sucesor, Contra IV.

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