Portada » Análisis » Chariot

Chariot

Al servicio de Su Pedigüeña Majestad.

Chariot - Análisis

Recientemente ha aterrizando en el servicio eShop de Nintendo una aventura muy plataformera y llena de ingenio, habilidad, carruajes y cuerdas. Chariot pone nuestros reflejos a prueba y también nuestra paciencia.

No se calla ni muerto

Chariot empieza como muchos otros acaban: con la muerte del rey. No sabemos en qué circunstancias, pero sí sabemos que deja familia, para desgracia de estos. Su Majestad se dispone a pasar el resto de la eternidad en un sepulcro elegido cuidadosamente por su hija y el prometido de esta cuando de repente su fantasma decide que no, que no es lo bastante magnificente para él y que deben buscarle una tumba mejor, más acorde a su persona, y que si encima recolectan oro y joyas por el camino, mejor. Así nos embarcaremos en nuestro particular periplo en la búsqueda del mejor lugar de descanso posible, recorriendo para ello 25 niveles repartidos en 5 mundos completamente distintos entre sí, tirando del regio carruaje sin más ayuda que nuestra cuerda y la agilidad de nuestros dedos.

2D bajo tierra

Nuestros pobres protagonistas, la hija del rey y su prometido, se las verán y se las desearán para guiar al carruaje por las catacumbas que componen los niveles de juego. Estas, planteadas en 2D, nos obligarán a superar cientos de plataformas, pero la gracia de Chariot reside en que siempre debemos tener presente a nuestra pesada carga, y lo de pesada tiene una doble connotación, pues Su Majestad, además de pesar como un muerto (ba dum tsss), es de lo más habladora, y no parará de “animarnos” con sus particulares chascarrillos, aunque es verdad que más de una vez nos alegrará el oírle al bajar a toda velocidad por una pendiente mientras nosotros vamos subidos en él (o en su calesa, mejor dicho).

¿Y todo esto cómo se lleva a cabo? Muy sencillo, con el uso de una cuerda y de la física. Podremos empujar el carruaje, pero usualmente lo llevaremos tirando de él, solo así seremos capaces de hacerle avanzar y ascender por las numerosas plataformas que iremos encontrando en el juego. Esta mecánica parece sencilla, pero hay truco, ya que nos toparemos con zonas más elevadas, que se superarán subiéndonos encima del ataúd, con zonas resbaladizas, donde podremos anclarnos pulsando hacia abajo, con diferentes enemigos, llamados saqueadores, aunque por desgracia solo gozan de 4 modelos y, sobre todo, con obstáculos solo para los vivos o solo para los muertos.

Aquí es donde nos encontramos una de las sorpresas más agradables de Chariot, y es que tiene un pequeño componente de puzle, lo que es muy de agradecer para sacarnos de la rutina de saltar, recoger cuerda, saltar, soltar cuerda, etc. tan predominante durante la inmensa mayor parte del tiempo. En estas zonas, además de estar hábiles en el terreno plataformero, deberemos pensar (no demasiado) cómo superar ciertos obstáculos, si bien es verdad que enseguida daremos con la solución, pero es una buena forma de otorgar variedad a algo tan anclado en lo tradicional como son los plataformas en dos dimensiones.

Según avancemos en el juego iremos ganando habilidades, o mejor que ganando, las iremos comprando, por lo que será importante recoger cuantas más gemas mejor, pero con cuidado, porque las gemas, así como las caídas o golpes fuertes, hacen ruido, y cuando hay ruido hay saqueadores, y cuando hay saqueadores hay problemas, y cuando hay problemas hay espadazos o “tirachinazos”, así que supongo que no es tan grave que haya ruido a fin de cuentas, pues es muy sencillo librarse de los enemigos en Chariot, aunque más de una vez nos resultarán molestos, por su insistencia más que nada.

Estas habilidades serán de dos tipos: mejoras para el carruaje u objetos que podremos usar y que se recargarán al cabo de unos pocos segundos. Comprarlos (los vende un esqueleto muy salao por cierto) hará que podamos acceder a nuevas zonas, porque si por algo destaca este título descargable es por su rejugabilidad.

Completar el juego en la primera vuelta no nos supondrá más de 9 ó 10 horas, pero así solo veremos la mitad de lo que Chariot puede ofrecernos. Cuando hayamos conseguido todas las mejoras, podremos entretenernos en conseguir todos los secretos y podremos intentar conseguir las diferentes entradas que hay en cada fase, pues cada pantalla cuenta con 2 ó 3 entradas distintas, según el camino que tomemos. Podremos seguir las flechas e ir a la salida fácil, lo que nos llevará entre 30 y 40 minutos, o ir por las sendas marcadas como difíciles o peligrosas, consultando el mapa y recorriendo cada estancia, cada túnel, cada pasillo, lo que hará que tardemos más de una hora por pantalla (el múltiplo de una hora por 25 pantallas os lo dejo a vosotros).

Además de esto, cada pantalla contará con su versión Carrera, donde deberemos batir un tiempo concreto consiguiendo así oro, plata o bronce (y dinero). Podremos subir nuestro récord a la red y comparar tiempos con otros, por lo que para los que gusten de picarse en este aspecto es un buen añadido.

Por desgracia aquí acaba el componente online. Chariot está pensado para ser jugado a dobles; en cada zona veremos letreros que indican que solo entre dos jugadores podremos pasar por ahí, pero o en una misma consola o nada. Afortunadamente podremos usar cualquier mando que se os ocurra para jugar como principal o como acompañante, pero es una mancha negra a tener en cuenta. No os engañéis, el juego es muy disfrutable en solitario, pero jugarlo a dobles es una nueva dimensión.

Soberano aspecto

Chariot destaca en muchos aspectos, como su jugabilidad, aunque puede volverse repetitiva y a veces desesperante, como en las zonas heladas y/o resbaladizas, pero lo hace aún más en su faceta visual. Cada uno de los 5 mundos está representado por un ambiente distinto, lava, hielo, bosque… y todos ellos están representados de una forma exquisita, con detalles como ver florecer plantas a nuestro paso o iluminarse distintos elementos. Cuenta además con una amplia gama de animaciones tanto para los portadores como para el rey, no así para los saqueadores, bastante menos cuidados que el resto del juego, cuya máxima será avanzar hacia nosotros en línea recta básicamente. En cuanto a música y efectos sonoros, el doblaje al inglés es bueno, aunque se repiten muchas líneas de diálogo por parte del rey, pero sobre todo es divertido. La música que nos acompaña es de corte alegre y cumple con su cometido, aunque sin demasiados alardes.

Me gusta este sepulcro

Definitivamente Chariot podía haber dado más de sí, no obstante es un juego muy notable dentro del cada vez más nutrido catálogo de la eShop de Wii U. Su mecánica puede resultar repetitiva a la larga, y más de una vez echaremos pestes por encontrarnos con zonas de las llamadas “de ensayo/error”, aunque por suerte serán las menos y durante la mayor parte de nuestra aventura estaremos jugando disfrutando de todo cuanto ofrece, que no es otra cosa que un buen reto de habilidad aliñado con unas dosis de humor. Lo mejor de Chariot sin duda es que ha venido para demostrarnos que no todo estaba inventado en las plataformas en dos dimensiones, solo por eso merece que le demos una oportunidad. Por eso y por ver si somos capaces de hacer callar al fin a Su Majestad.