Captain Toad Treasure Tracker
Captain Toad: Treasure Tracker es un tesoro.
Captain Toad: Treasure Tracker - Análisis
La primera aventura en solitario del jefe de cuadrilla Toad como protagonista llega al fin a Wii U. Captain Toad: Treasure Tracker es un juego emotivo, no por su historia, sino por lo que nos hace sentir jugando.
Toad al cuadrado
Como vimos hace un tiempo en el gran Super Mario 3D World, el jefe de cuadrilla Toad (no confundir con otros toads) está ávido de aventuras. Para la ocasión, a su escuadrón de 4, se ha sumado Toadette, otra aventurera nata amiga de nuestro protagonista. Estos dos pequeños en estatura pero sobrados de carisma habitantes del Reino Champiñón, se embarcan en un viaje mágico lleno de puzles y buen humor.
Y es que aquí lo que destaca, más allá de lo que pueda ofrecernos, jugablemente hablando, el título, es el cariño con el que todo se nos presenta. Empezando por Toad y Toadette, pasando por sus animaciones y continuando con los diseños de zonas y enemigos. No hay un “acabando con” porque uno nunca termina de sorprenderse ante el mimo que ha puesto Nintendo en su producto. El juego es un juego mayor, el primer gran juego de 2015 en tierras europeas, no hay debate aquí. Si bien es cierto que cuando fue presentado muchos alzaron la voz asumiendo que bien podría ser un juego de solo formato digital tachándolo prácticamente de DLC de lo visto en el título de Mario, la realidad ha sido bien distinta.
Pese a lo poco que ocupa si lo descargamos desde la eShop, apenas 1275,4 MB, Captain Toad: Treasure Tracker es un juego enorme en su planteamiento y frescura. Nunca habríamos pensado que resolver puzles y, sobre todo, la imposibilidad de saltar, podría ser tan sumamente divertido.
Bienvenido a la cuadrilla
Pero basta de alabanzas y metámonos en harina. El juego empieza con una minipantalla que nos servirá de tutorial, algo muy, muy breve y es que es poco lo que hay que aprender de inicio. Con el stick derecho o mediante el movimiento del mando controlamos la cámara (y en esta ocasión podremos hacer zoom) y con el izquierdo movemos a Toad. Ya podemos empezar a jugar. Bueno, no, antes toca ver cómo Wingo, un gran pájaro al que le atrae todo lo brillante, nos roba nuestra primera super estrella y se lleva consigo a Toadette; ya tenemos excusa para ir de excursión.
La mecánica consiste básicamente en ir tras Wingo y Toadette (aunque más tarde se cambiarán las tornas) mientras en el camino nos paramos a recoger super estrellas y diamantes (hasta 3 por zona) girando para ello los mundos en los que nos encontramos para descubrir sus secretos ocultos y no tan ocultos. Esto será lo que hagamos en los más de 70 niveles que nos ha preparado Nintendo para la ocasión, siempre hablando del modo aventura, que se divide en 3 libros, ya que si nos referimos al modo extra, la cosa cambia. En este modo se nos propondrán diferentes retos, unos en pantallas del Super Mario 3D World (desbloqueables si tenemos una partida guardada en nuestra consola de este juego o si no al pasarnos el de Toad) y otros en pantallas del juego que nos ocupa. Y aún no acaba aquí la cosa, ya que al superar un nivel por primera vez, desbloquearemos una condición extra que deberemos cumplir si queremos obtener el sello que acredita que hemos finiquitado completamente esa pantalla.
Según vamos avanzando en la historia, su modo principal, se van sumando habilidades, pero todas igual de fáciles de realizar, ya que el mismo botón que nos sirve para correr nos servirá también para agarrar objetos o enemigos (al más puro estilo Super Mario Bros. 2), disparar nabos o a nosotros mismos, nadar rápido, etc. Pero nunca, bajo ninguna circunstancia, seremos capaces de saltar, aunque más de una vez seremos recompensados si decidimos “dejarnos caer”. Tanto Toad como Toadette comparten estas habilidades y no se diferencian en nada salvo en su aspecto físico y en su voz, aunque solo utilizan un lenguaje onomatopéyico, en la línea de la mayoría de juegos de la compañía de Kioto.
Siendo esto así, llama soberanamente la atención la variedad de situaciones que nos brinda el título. Captain Toad: Treasure Tracker es un juego de puzles, de acuerdo, pero es mucho más. Hay fases, como las de la vagoneta, donde deberemos apuntar en primera persona y disparar, otras que superaremos utilizando el sigilo como arma, ya que incluso algunos enemigos se percatarán de nuestra presencia solo con ver el destello de luz que emana de nuestra linterna (deberemos estar atentos y apagarla), otras donde nos veremos obligados a correr como alma que lleva el diablo evitando caer ya que los bloques desaparecen a nuestro paso, otras donde seremos más mineros que exploradores, otras donde haremos uso de las duplicerezas… Y todo esto sin poder saltar debido al gran peso que cargamos en nuestra mochila, aunque no sabemos qué es lo que tiene dentro.
Mejorando lo visto
Como ya hemos dicho, Captain Toad: Treasure Tracker toma lo visto en los niveles del jefe de cuadrilla Toad de Super Mario 3D World y los eleva ad infinitum. No es solo en que ahora los niveles sean más grandes, es que visualmente, Toad está por encima de Mario. Todo luce sumamente bien, es como estar dentro de una película de animación. No cabe duda de que lo pequeño de las fases/mundos juega a su favor, pero aún así, todo se ve fenomenal. Además no es lo bien que luzca, los polígonos que tenga o los frames a los que se mueva (que de todo va sobrado), lo sobresaliente es el apartado artístico. Todo forma parte del universo Mario y nada destaca sobre el resto, obsequiándonos con un conjunto robusto y precioso. Hay unas más simples que otras, pero todas las fases son bien distintas y en todas hay algo que recalcar. Además, estas no permanecen inalterables, aparte de haber plataformas móviles, hay elementos destruibles, como algunos puentes o bloques de ladrillos, que podremos romper a golpe de dedo en la pantalla táctil.
Por cierto, el uso del Wii U GamePad es obligatorio, y sirve, como ya hemos dicho, para manejar la cámara, apuntar en primera persona, romper bloques, paralizar enemigos y, si pulsamos donde debemos, descubrir tesoros ocultos como monedas. Al ser así, en la pantalla del GamePad se muestra lo mismo que vemos en la televisión, lo que hace que en determinadas ocasiones, máxime cuando entramos en fases con plataformas móviles, estemos mirando todo el tiempo al mando en lugar de a la tele. No es ni bueno ni malo, simplemente es así, y ya os adelantamos de que habrá zonas en las que será mejor no levantar la vista del mando, pues tendremos que estar hábiles a tocar y a movernos rápido. Que se use el mando de forma tan intensiva también trae consigo que debamos soltarlo de una mano con relativa frecuencia, lo que a buen seguro nos incomodará en más de una ocasión. Por suerte son pocas las veces en las que esto es un problema y no quedará sino como una diminuta mancha en un título excelente.
Y como hemos comparado antes a este Captain Toad: Treasure Tracker con una película de animada, toca hablar de las animaciones de Toad y compañía. Toad y Toadette puede que sean, perfectamente, los personajes diseñados por Nintendo con mayor número de animaciones. Cada partida vemos una nueva; al caernos por un puente que se rompe, al recibir daño, quemarnos, deslizarnos por una rampa, si nos asomamos por una ventana, si nos quedamos un rato encima de una cama, o al lado de una silla, o cerca de otro personaje, cuando salimos del agua, si permanecemos en una zona fría parados mucho rato… Os podemos poner cien ejemplos y no terminaríamos, y seguro que no habríamos visto todas aun después de haberle echado al juego ya más de 10 horas, eso solo en su modo principal, ya que si queremos superar todas las fases extra y conseguir todos los diamantes en todas las zonas y los objetivos secundarios, podremos irnos hasta las 14 o 15 horas de juego. No solo eso, sino que no nos importará repetir las zonas aunque ya lo tengamos todo, solo por el gusto que supone jugar y verlo.
Volviendo al tema de las animaciones, estas no se quedan solo en los protagonistas, enemigos y escenarios gozan del mismo cuidado a la hora de animarse. Hablando de enemigos, hay muchos de ellos que hacen acto de presencia por primera vez en un juego de Nintendo, y que casan a la perfección con el estilo de la marca nipona.
No podemos olvidarnos de la música y melodías que acompañan al juego. El tema principal del juego lo oiréis muchas veces, pero tranquilos, es de los que se te quedan en la cabeza pero que no te importa tararear luego. Hay muchas otras piezas dignas de mención, unas desenfadadas y otras mucho más épicas, pero todas van acorde con lo que vemos en pantalla; igual que los efectos de sonido, nunca habrá un segundo donde no esté sonando algo, sea un enemigo o sean Toad o Toadette.
Recapitulando
No cabe duda de que se ha tratado con el máximo cariño y esmero a este Captain Toad: Treasure Tracker desde el inicio de su concepción. Si teníamos dudas sobre la grandeza (en todos los aspectos) de este título, quedarán disueltas tras los primeros minutos a los mandos. Es un juego emocionante, al que jugaremos con una sonrisa perpetua dibujada en nuestro rostro. Nos asombraremos de los detalles, de lo bien que se maneja y de lo bien que se ve y se oye, pero sobre todo de la variedad de situaciones a la que haremos frente.
Solo podremos ponerle pegas en unos pocos aspectos, y para unos serán mayores que para otros, pero a buen seguro que para todos serán perdonables, y son las siguientes: a veces tendremos que soltar el mando de una mano para pulsar la pantalla táctil, podría durar más (es carne de DLC el juego, sin que esto sea algo malo) y le hubiera venido de perlas un modo multijugador, del cual carece por completo.
Poniendo en una balanza lo bueno y lo malo, esta se inclina claramente hacia el lado de lo bueno (que más que bueno es superior), por lo que ningún nintendero debería perderse este emocionante juego de puzles, y ya no solo los nintenderos, sino cualquier amante de los videojuegos con mayúsculas.