BIT.TRIP RUNNER
Puro amor retro.
BIT.TRIP RUNNER - Análisis
Definitivamente ha nacido un nuevo icono de los videojuegos. Su nombre es Commander Video y es la indiscutible estrella de BIT.TRIP, una serie de videojuegos exclusiva para Wii por el momento, con la que la desarrolladora californiana Gaijin Games se ha labrado una merecida reputación al saber fusionar con éxito antiguas mecánicas de juego, con modernos apartados visuales y sonoros de fuerte inspiración retro. Sin embargo, es ahora en esta cuarta entrega cuando el pixelado héroe hace acto de presencia para convertirse en el absoluto protagonista de RUNNER, una especie de plataformas “on-rails” de esencia puramente arcade.
Nuestro objetivo no puede ser más sencillo: simplemente tenemos que guiar a Commander Video, que corre de forma continua hacia adelante desde que se inicia la partida hasta el final de cada fase sin que nada consiga detenerle. Si bien el juego arranca fácil y durante los primeros niveles nos limitaremos a saltar obstáculos, conforme vamos superando pantallas los chicos de Gaijin introducen brillantemente toda una pequeña gama de movimientos, desde agacharnos a bloquear proyectiles, que dotan de profundidad a una mecánica de juego a priori sencilla. La hábil combinación de todos ellos, unida a un ritmo trepidante y un sólido diseño de niveles, nos hará sudar la gota gorda en numerosas ocasiones. Os aseguro que más de uno sentirá deseos de lanzar el wiimote contra la televisión.
Hay que dejar claro que nos encontramos ante un juego exigente. Se podría criticar a RUNNER por ser especialmente difícil y frustrante en momentos puntuales, ya que en fases “largas”, que apenas pueden durar dos o tres minutos, no hay puntos de guardado, y a veces puede dar la impresión de que el éxito de nuestra empresa depende en demasía de la memorización de los recorridos. No obstante, de haberse introducido “checkpoints”, el juego se habría convertido en un decepcionante paseo, desapareciendo esa genial sensación de reto que transmite de principio a fin. Y por mucho que nos conozcamos los niveles, siempre priman por encima de todo los reflejos y la destreza del jugador. Sólo los jugadores más impacientes y menos curtidos llegarán a desesperarse. Además siempre seremos conscientes de que si estamos repitiendo un nivel por trigésima vez, es por culpa de nuestra falta de reflejos y no por el control, que responde con total precisión.

En este plataformas que siente devoción por los saltos milimétricos y calculados, y en el que para transportarnos un poquito más a los años 80 utilizaremos el mando al estilo NES, no existe un sistema de vidas, ni el jugador ve aparecer nunca la temida pantalla de Game Over. Cada vez que Commander video cae por un precipicio o se estrella contra un muro u obstáculo, es transportado instantáneamente al inicio de cada nivel, para reiniciar sin un segundo de descanso – ni siquiera hay que presionar un botón- su carrera infinita, a la que nos vemos arrastrados, como si el ritmo del juego fluyese de forma continua y nuestro protagonista fuera imparable.