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Animal Gods

Liberando a los Dioses Animales.

Animal Gods (Wii U) - Análisis

Hace unos años Still Games sorprendió en kickstarter con su original propuesta Animal Gods, una aventura en 2D que parecía beber de clásicos como The Legend of Zelda: A Link to the past o el más reciente The Legend of Zelda: A Link Between Worlds y que se armaba de valor gracias a un aspecto visual minimalista pero muy llamativo. Mucho ha llovido desde entonces y, aunque la versión de Wii U todavía está en camino, la de STEAM sale hoy 12 de octubre a la venta tanto para Windows como para SteamOS o Mac. La pregunta ahora es, ¿Realmente cumple Animal Gods con las expectativas generadas?

Animal Gods, un mundo de luces y sombras

Lo primero que hay que tener en cuenta, y sin que sirve de anticipo para una respuesta negativa, es que el equipo de desarrollo de Animal Gods, Still Games, es muy limitado. Tan limitado que apenas cuenta con dos personas. Obviamente, esto supone que todo aquel que espere un RPG de acción ambicioso de mundo abierto va a sufrir una profunda decepción.

En Animal Gods encarnamos el papel de Thistle, un sacerdote que es a la vez cazador y tiene como misión liberar a unos animales divinos cuyo destino ha sumido la ciudad que protegían en la desgracia, siendo ya desértica cuando la visitamos. Quedan retazos de una historia pasada de destrucción, mezclando un poco de mitología con ciencia ficción y cierto sentimentalismo abstracto. Probablemente, todo el ambiente que se genera gracias al llamativo aspecto visual y a lo vago de estas historias sea lo mejor del juego con diferencia.

Como contrapartida a los escenarios están los enemigos o el propio Thistle, cuyo diseño deja bastante que desear. La protagonista todavía tiene un pase pero los enemigos son cuadrados con una bola roja dentro (un ojo). Y ya está. Se llaman Husk y tienen su propia historia, pero eso no justifica la dejadez de su diseño. La música, por otro lado, aunque refleja bien la atmósfera del juego no está todo lo lograda que cabría desea y, además, como las pistas musicales son muy cortas se hace repetitiva hasta el hastío. Un buen ejemplo de cómo un punto que podía haber sido positivo se convierte en algo negativo en algunos momentos.

En la piel de Thistle

Thistle es un sacerdote que, por sí mismo, no tienen ninguna habilidad especial. Son los propios dioses los que le otorgan poderes y, por lo tanto, sólo puede usarlos cuando está bajo la protección de los mismos. Es decir, cada mazmorra cuenta con la temática de un dios y su poder asociado (la capa, la espada o el arco) sólo puede ser usado dentro de esa mazmorra (y no siempre). De esta forma, se consigue un mundo no lineal sacrificando la posibilidad de avanzar en el escenario central en función del avance del juego. No hay sensación de progreso hasta que no se superan las tres primeras mazmorras y se avanza hasta la única en la que, llegado un punto, se puede hacer uso de los tres poderes.

Por lo tanto, cada mazmorra está diseñada en función a la habilidad que se puede usar. No obstante, aunque son bonitas de ver, a nivel jugable son bastante sencillas en su propuesta aunque muy exigente para con el jugador. Thistle muere al más mínimo golpe por lo que no es extraño repetir una y otra vez la misma sección de la mazmorra, dando pie a un sentimiento de frustración innecesario respaldado por el tedio. Sí, las mazmorras de Animal Gods llegan a ser tediosas, especialmente cuando los puntos de control se separan y al más mínimo error te toca repetir un pasaje bastante largo. El poder de la capa, que te permite teletransportarte una cierta distancia, no está del todo bien diseñado y en más de una ocasión un descuido será suficiente para tener que repetir una larga y aburrida estancia.

Los combates tampoco salen muy bien parados porque cada enemigo tiene una cantidad de vida diferente, a pesar de ser todos iguales, y un recorrido fijo. Por lo tanto, la mecánica del combate es, simplemente, esperar en un punto a que llegue el enemigo y matarlo. Y no se puede evitar hacerlo ya que para avanzar a la siguiente sala es casi siempre necesario haberlos derrotado.

A pesar de todo, la sensación que se te queda tras jugar a Animal Gods, cuya duración sin contar el modo extra de dificultad no pasa de las 3 horas, no es del todo mala. La atmósfera es muy enriquecedora y, quitando los momentos de tedio y frustración, te hace pasar un buen rato. Sin embargo, es de esos productos a los que uno suele denominar, en lugar de videojuegos, “experiencias jugables”.

La liberación de los dioses animales

En definitiva, Animal Gods es un juego que destaca en muchas cosas pero que cojea en la más importante: la jugabilidad. Quizá sea por tratarse de un estudio tan pequeño como novato, pero lo cierto es que aquel que depositara unas grandes expectativas en él se puede llevar una pequeña decepción. A pesar de todo, al comparar los aspectos negativos y positivos del juego el balance es positivo y, desde luego, Animal Gods es un inicio más que digno para este pequeño estudio incipiente que es Still Games.

Este análisis se corresponde con la versión de STEAM de Animal Gods y sirve como anticipo para la inminente versión de Wii U. Por lo tanto, se corregirá, si es preciso, cuando ésta salga al mercado.