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Alphadia

Añorando la era dorada del RPG.

Alphadia (3DS) - Análisis

Tener entre manos un juego de rol inspirado en los clásicos de los 90 es siempre agradable. Evocan a la nostalgia de la que fue la época dorada del género, presentan un apartado musical muy definido, gráficos 16 bits y unos personajes que, aunque arquetípicos, consiguen sacarnos una sonrisa. Kemco intentó buscar precisamente esa magia de antaño con su saga de RPG Alphadia, cuyo primer capítulo, nacido originalmente en 2007 para smartphones nipones, se adapta en 2016 intentando hacerse un hueco en el sistema que más “entiende” del género en la actualidad, Nintendo 3DS.

Sin embargo, en ocasiones el sabor añejo puede llegar a convertirse en un producto excesivamente amargo, anclarse demasiado al pasado nunca es bueno, y eso es, precisamente y por desgracia, en lo que más destaca Alphadia.

La trama más clásica del JRPG

La historia es, pormenores aparte, todo un clásico. Han pasado cien años desde que una guerra por la soberanía de los recursos energéticos asolara toda la tierra de Alphadia. Tras cumplirse un siglo desde el fin de las hostilidades, el imperio Schwarzchild, que continuaba secretamente en la búsqueda de nuevas fuentes de energía y poder militar, declara como enemigos a todos aquellos pueblos y ciudades que no comulgan con su forma de imaginar el mundo. Bajo esta coyuntura nos encontramos por primera vez con Ash, Karim y Eclair, tres jóvenes aldeanos que rescatan a una misteriosa chica y su guardaespaldas del acoso de varios soldados del imperio. Tras enterarse de que sus nuevos huéspedes forman parte de la resistencia, los cinco se ven obligados a abandonar la aldea de Heiland al ser atacada directamente por el imperio. Ash sabe que los dos extraños esconden algo más, pero por algún extraño motivo está dispuesto a ayudarlos...

A pesar de que el guión es de lo más típico dentro del género, es probablemente el mejor aspecto del título. Aunque no veremos sorpresas inesperadas ni giros de guión, Alphadia consigue lo que se propone, mantener la atención del jugador y centrarse en la relación e interacción de sus protagonistas. Unos personajes que cumplen también con la norma de todo JRPG. Tenemos desde el protagonista valiente y con un alto sentido de la justicia, pasando por el altivo y prepotente o la enigmática, con una atracción irremediable por el protagonista.

La búsqueda de una buena base, con mala ejecución

El sistema de combate de Alphadia se basa en combates por turnos y los típicos comandos de ataque, defensa, energía, objeto o huir. En la pantalla superior de 3DS tenemos a nuestro equipo, que puede estar formado hasta por 4 personajes, y a los enemigos, el orden en el que se ejecutan las acciones de cada uno viene representando por una barra en el margen superior de la pantalla. Hay que tener en cuenta que tanto nuestros personajes como los rivales pueden adquirir formaciones diferentes, modificando el daño causado y recibido o incluso inhabilitando el poder causar daño a un rival por lejanía. Por su parte, la pantalla inferior queda libre para representar las estadísticas de nuestros personajes, las ventanas de selección de habilidades o sus elementos.

Cada personaje dispone de un elemento característico que determina las habilidades que aprende al subir de nivel y el rol que puede acabar desempeñando en el grupo. Estos elementos se anulan en cadena y son Fuego>Viento>Tierra>Agua y Luz y Oscuridad, efectivos entre sí.

Los personajes con capacidades de fuego y oscuridad son principalmente ofensivos mientras que el agua y la tierra ayudan a potencian las estadísticas y el elemento luz funciona como sanador. Estos elementos pueden incluso combinarse y potenciarse en un único personaje con ayuda de unos anillos y pendientes especiales que desbloquean el verdadero potencial mágico de los protagonistas.

Por otro lado, los enemigos también presentan siempre un elemento al que son afines y, por consiguiente, otro frente al que son débiles. El buscar el elemento de cada rival es simple ensayo-error, lo que acaba por convertir las batallas en una sucesión de hechizos hasta dar con el más apto para cada tipo de rival. Especialmente porque “spamear” ataques mágicos es la forma más eficaz de eliminar a todos y cada uno de los enemigos sin depender siquiera de las estadísticas de cada personaje, lo que consigue que que el sistema de combate se vuelva tedioso y exageradamente simple a las pocas horas de juego.

La dificultad de los combates tampoco ayuda nada al apartado jugable, ya que la gran mayoría se finiquitan en cuestión de segundos y ni siquiera los jefes finales son capaces de ponernos en excesivos apuros, con encuentros en los que solo hay que preocuparse por mantener los puntos de energía en buenas condiciones, todo lo demás es secundario.

Posiblemente el aspecto del que más debía beber Alphadia respecto a sus homónimos de los años 90 era el diseño de mazmorras y mapeado. Pues bien, lejos de seguir la norma y encontrarnos con zonas repletas de puzles y laberintos intrincados, nos presenta una serie de pasadizos confusos cuya única dificultad radica en las continuas pausas, ya sea por encontrarnos a cada esquina con un combate exageradamente sencillo o bien por las constantes líneas de texto que intercambian nuestros personajes en los momentos menos oportunos.

Defectos de ver, oír y callar

El hecho de buscar la influencia de los clásicos JRPG de la época de SNES es siempre un punto a favor para cualquier juego de rol moderno, siempre y cuando no se confundan la inspiración con la desgana, y es que en Alphadia todo parece estar a medias.

Es cierto que nos encontramos con una conversión directa desde teléfonos móviles, pero ese no es motivo como para no remediar problemas como la suavidad del desplazamiento del personaje. En una pantalla pequeña como las que montaban los móviles de 2007 podía no causar demasiados problemas, pero en la versión que nos ocupa, ver a un personaje caminar mientras el entorno se mueve a tirones (especialmente dentro de las ciudades y mazmorras) es imperdonable, y lo más grave es que no estamos ante un error gráfico, simplemente es falta de optimización.

Algo parecido ocurre con el apartado sonoro. Aunque las melodías son correctas y saben adecuarse a cada momento de la acción, muchas de ellas se repiten una y otra vez y en intervalos muy cortos de tiempo. Un poco más de cuidado en este apartado hubiese supuesto pasar de un apartado artístico mediocre a un trabajo notable.

El último obstáculo que nos encontraremos a la hora de jugar es el idioma. Los jugadores españoles somos, una vez más, ninguneados por los editores y no podremos disfrutar del aspecto más atractivo de este título de manera óptima, únicamente disponible en inglés.

Conclusión

Pese a no ser un juego horroroso, Alphadia no consigue ni de lejos su objetivo. Su afán por acercarse a los clásicos lo ha convertido en algo mediocre, con unos personajes tópicos y una historia “completamente original”, carente de mecánicas que hagan querer jugarlo durante más de unas horas, un apartado gráfico 16 bits mal optimizado y sin unos subtítulos al español que pudieran hacerle perdonar sus abundantes defectos. Todo ello por 10 euros.