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3D Thunderblade

Recreando la guerra en helicóptero

3D Thunder Blade - Análisis

Directamente desde los salones recreativos nos llega este fantástico 3D Thunder Blade. Ha tardado 28 años en llegar, viene desde 1987, pero en su vuelo con escalas ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos a las mil maravillas.

De vuelta a los 80

En 1972, cuatro de los mejores hombres del ejército americano que formaban un comando, fueron encarcelados por un delito que no habían cometido. No, perdonadme, me ha podido la nostalgia, habrá sido por la música, el aspecto e incluso su manida historia digna de las primeras filmaciones del gran Jean-Claude Van Damme. En este 3D Thunder Blade, nuestro país (sin especificar) ha desarrollado un helicóptero de combate de última generación, justo a tiempo para hacer frente a una guerrilla que ha conseguido rearmarse recientemente y que planea acabar con la civilización tal y como la conocemos. Por supuesto nosotros hemos sido los elegidos para impedir que esto ocurra, poniéndonos a los mandos de la más avanzada máquina de guerra.

Pero no solo las historietas dignas de una serie de nuestra juventud nos trae de vuelta este juego, también hace lo propio con su jugabilidad, aunque, y muchos seréis demasiado jóvenes como para recordarlo (al igual que me pasa a mí), en su día esta fue un soplo de aíre fresco al mezclar combates con vista cenital con otros con vista frontal (de esto saben mucho en SEGA, que se lo digan si no a su Space Harrier).

A ser un éxito en recreativas y haber perdurado hasta nuestros días también contribuyó su sistema de control. En la recreativa original contábamos con un pedal para acelerar o decelerar y con un joystick con dos botones para mover el aparato y disparar el cañón o los misiles. Era sencillo de manejar pero complicado de dominar. Aquí, como veremos y como nos tienen acostumbrados desde M2, responsables de las conversiones de los clásicos de SEGA a la eShop de 3DS, este manejo ha sido llevado con acierto a la portátil y mejorado para la ocasión, o adaptado a los nuevos tiempos, pero vayamos por partes.

Reimaginando en 3D

A unos les sientan bien, a otros les sientan regular, a 3D Thunder Blade le sientan de maravilla. Hablamos de las 3D, por supuesto. Cualquiera diría que ha nacido para ser jugado así. En las zonas con vista cenital el efecto es sublime, viendo cómo se acerca a nosotros el helicóptero y cómo se alejan los tanques enemigos, pero es que no es menos espectacular en las zonas con combate frontal, con edificios, aviones, disparos, árboles y otros obstáculos pasando delante de nosotros a toda velocidad.

Cualquiera de las 4 fases que esperan en el juego (ciudad, bosque, selva y zona industrial) está diseñada con buen gusto y será fácilmente diferenciable del resto. Ahora no impresiona ver esos edificios cuadrados o esos árboles repetidos ad infinitum en la zona boscosa, pero en su día y en un buen monitor de pantalla curva, dejaron sin habla a cualquiera, máxime pasando por nuestros ojos a tal velocidad.

Hablando de monitores, donde destaca siempre el trabajo de los japoneses de M2 es en las variantes (o mejoras) que introducen sobre el juego original a la hora de trasladarlo a la doble pantalla de Nintendo, y 3D Thunder Blade no iba a ser menos. Podremos elegir entre ver el juego a pantalla completa, en 2D, o incluso verlo como si estuviéramos sentados en un taburete, con la pantalla más o menos cerca (viéndose más o menos borde, hasta el suelo de los salones). Igualmente esta revisión nos permite elegir la dificultad, el número de vidas con el que queremos empezar, si queremos hacer uso del Circle Pad Pro (para los giros), cambiar a nuestro antojo la disposición de los botones, elegir el tipo de control (si usamos el giroscopio y llegamos a dominarlo será una experiencia sumamente satisfactoria), ecualizar las melodías del juego y guardarlas o incluso escuchar estas con su rudimentario reproductor. Como podéis ver, nada que ver con el precario trato de los juegos de la propia Nintendo en su CV.

Pero aquí no acaban las novedades. En 3D Thunder Blade además contaremos con un modo de juego extra que se desbloqueará cuando acabemos por primera vez el modo Arcade, en cualquier dificultad. Este es el modo Especial, y solo os podemos decir que aquí todo es más rápido, más destructivo y, por lo tanto, mejor. Lo bueno es que para la ocasión, y como esto es una portátil, podremos salvar en cualquier momento la partida y retomarla más tarde, incluso elegir fase al inicio del juego, algo con lo que obviamente no contaba la recreativa original.

Todo esto es muy de agradecer, pero hace que, si usamos todos estos atajos, el juego nos dure un suspiro y solventemos la situación sin demasiadas complicaciones. Cierto es que si queremos podemos ser “legales” y tomarnos esto como un reto intentando superar las 4 fases con solo 3 vidas (y luego a echar moneditas otra vez, para los créditos, pubertos), pero que estén tan a manos estas facilidades hará que caigamos en la tentación de utilizarlas.

Última parada, tu bolsillo

Como de costumbre, SEGA se ha portado en revisar uno de sus clásicos. En tiempos fue bonito y adictivo y ahora sigue manteniendo ese espíritu guerrero que nos incita a superar nuestras puntuaciones y a grabar las 3 letras de nuestro nombre en lo más alto de la tabla clasificatoria. No competiremos contra nadie más a menos que le cedamos la consola a nuestro amigo, pero aún así querremos mejorar nuestro marcador acertando más y muriendo menos.

Quizás, como ya hemos comentado, su mayor pega sea su duración achacada a su origen. Hay juegos de recreativa que duran bastante más que este Thunder Blade, cierto, pero el tiempo que estemos jugando estaremos disfrutando de lo lindo. Eso, unido a su excepcional 3D y a su precio de salida de 4,99 euros, hacen de este juego una apuesta más que recomendable para los amantas de los shooters sobre raíles de los de toda la vida. No llega a la altura del grandísimo Space Harrier ni en diseño ni en frescura pero está solo unos pocos peldaños por debajo.