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3D After Burner II

El arcade de cazas After Burner II aterriza en Nintendo 3DS.

3D After Burner II - Análisis

After Burner II, menudo “cacharro” que estaba hecho. Todos los que acumulamos sobre nuestras espaldas unos cuantos años (puede que más de los que nos gustaría) guardamos un rinconcito especial en nuestra nostalgia para los salones recreativos. Mucho se puede escribir sobre ellos; pero si había algo que entraba por los ojos en esos paraísos del ocio eran las cabinas. Su imponente presencia, sus llamativos dibujos, sus controles… ¿qué niño no quería probar a meterse en ella al menos una vez? Volvemos a la actualidad y Sega, en su afán por traer de vuelta sus éxitos más clásicos, edita para Nintendo 3DS 3D After Burner II, basado en el cuasi-homónimo arcade de cazas que se hizo célebre al jugarse en el interior de una cabina con palancas de mando y movimiento incorporado. Lo que es el paso del tiempo, semejante monstruo condensado en una consola portátil y con la que no experimentarás más traqueteo que el del transporte urbano.

¡Comandante, necesito una escotilla más grande!

Al menos el escenario no se pierde. Uno de los añadidos que trae esta versión de After Burner II es el de incorporar un marco a tu partida, similar al del interior de aquellas cabinas que imitaban el puesto de mando de un caza. Del mismo modo en que no todas tenían la misma fachada hace tres décadas, en las opciones puedes escoger entre un buen abanico de ellos (o directamente jugar sin marco). También es posible acudir al menú de opciones para hacer la pantalla “móvil”, ocasionando que se gire o se desplace según el movimiento del avión. Un par de regalos que puede traer recuerdos; pero seamos sinceros, a la hora de la verdad son más un estorbo que otra cosa. Y es que resulta que el gran problema de 3D After Burner II es lo que cuesta jugarlo en una pantalla tan pequeña.

Como decíamos, este clásico arcade de Sega se jugaba en voluminosas cabinas dotadas de una buena pantalla. La acción de After Burner II era trepidante entonces y lo sigue siendo ahora; pero se nota que no fue un juego pensado para una pantalla del tamaño de la palma de tu mano. Los cazas enemigos son poco más que puntos en el horizonte y los misiles que te mandan apenas son visibles hasta que los tienes encima, un verdadero problema tratándose de un juego que se desarrolla con gran rapidez y en el que un toque supone la destrucción de tu avión. Esquivar se convierte más en una cuestión de intuición que en una demostración de maniobras de evasión, como supuestamente debería ser. Y si mencionábamos antes los marcos no es sin razón: incorporar uno implica reducir, aún más, el tamaño de la pantalla de juego. Existen varias configuraciones de la pantalla para intentar ver mejor el juego; pero sólo las que la abarquen completamente serán verdaderamente jugables, sobre todo si se trata de una Nintendo 3DS XL.

Por lo demás, tenemos el título con la misma jugabilidad de antaño; pero al que sí puedes retocarle la dificultad o la cantidad de vidas que proporciona cada crédito. También se ha añadido un modo ligeramente diferente en el que el jugador sólo dispone de un crédito para toda la partida; pero en el que va ganando vidas a medida que derriba cazas, idea que resulta simple pero efectiva y se adecúa más al juego en consola.

Los controles son los mismos que los del arcade original trasladados a los botones de 3DS. Para abrirse paso, el jugador dispone de su ametralladora, que aunque se maneje razonablemente bien con el stick de la 3DS no puede competir con la palanca original, y un verdadero arsenal de misiles teledirigidos que perseguirán a las víctimas que caigan presas del fijar blanco. Estos últimos terminan convirtiéndose en los verdaderos artífices de tu avance en el juego, pues resultan más fáciles de manejar que el fuego de ametralladora. Además, se puede regular la velocidad y hacer todo tipo de maniobras, incluyendo los característicos after burner y barrel roll.

Del mismo modo, los escenarios se conservan, luciendo ese suelo pixelado pero colorido y las interminables oleadas de aviones, metralla y misiles en el cielo. Siendo un juego de 1987, su factura resulta impresionante y casi 30 años después todavía merece nuestra admiración. También mantiene la música original intacta, con ese regustillo arcade y ese timbre tan característico que entusiasmará a los nostálgicos.

Pero si hay un denominador común que abandera esta línea de clásicos de Sega, ése es el 3D. 3D After Burner II al menos sí puede presumir de hacer un notable uso de la pantalla estereoscópica, puesto que la temática se presta mucho a ello con los misiles dirigiéndose hacia ti, los interceptores rozándote por la cola y un vasto mundo que se extiende hasta el horizonte. Eso sí, no es recomendable combinar el 3D con una configuración con pantalla móvil (aunque ignoramos qué tal quedará la mezcla de ambos efectos en New Nintendo 3DS) pues el lío generado termina consiguiendo que pierdas la visión 3D.

Si disfrutar del 3D es el propósito de jugar estas reediciones, podemos reconocer que en este caso se ha escogido el juego acertado. Lástima que su planteamiento, combinado con el frenesí de las partidas, haga complicado su manejo en una pantalla tan pequeña como la de Nintendo 3DS y el juego acabe como un mata-mata en el que dispones de demasiado poco control sobre la longevidad de tus vidas. Es un buen título; pero sencillamente existen otras formas mejores de disfrutarlo.