[E3-2010] Kirby’s Epic Yarn – Impresiones

Nintendo tenía dos opciones para traer a la querida bola rosa de vuelta a la tele (por fin). La primera, la que siempre amagaba pero nunca lo conseguía, era terminar aquel Kirby's New Adventure , el ‘otro' renegado de la era GameCube que iba a dar el salto a Wii aprovechando el motor de Smash Bros. en modo plataformas -llegó a estar en listas de lanzamientos durante años-. Por la segunda parece haberse decidido tras dos factores clave: los millones de hogares en los que se ha colado New Super Mario Bros. Wii y el gran trabajo ‘revelación' de Good Feel con Wario Land Shake It!

Quizás el amigo Wario llegó en el peor momento, cuando aún necesitaban usuarios, ‘industria' y crítica que Mario volviera a sentar cátedra explicando por qué este género es de lo mejor que se puede jugar. Entrenados todos, el retorno de Kirby (y el de Donkey) llegará con menos prejuicios y más ganas. Y con el ahora obligatorio modo multijugador, las plataformas volverán a ser la alegría del salón.

Este bellísimo mundo de telas de colores se integra perfectamente con la jugabilidad, consiguiendo que el recurso no sólo se quede en lo artístico. El conjunto es muy, muy sorprendente de contemplar, pero más agradable de jugar. Me vino a la cabeza Yoshi's Story, mientras muchos recordaban el reciente Little Big Planet. Pero Kirby es un hilo de lana porque así puede jugar con otros hilos, atarse por ahí, descoser por acá o transformarse en algún objeto tan gracioso como útil.

 

Lo probamos directamente a dos jugadores en equipo, una forma siempre opcional de disfrutar del juego. De Mario vienen las ideas de coger al compañero y lanzarlo, pero aquí es más fácil porque el hilo lo atrapa en la distancia y en todas direcciones. También se puede subir uno encima del otro y el sistema ayuda cuando alguno se queda atrás. ¿Y si uno es Kirby, quién es el otro? Bueno, aún tenemos que hacernos al cejudo amigo de la bola, casi una parodia del Kirby americano, siempre enfadado.

El ingenio explota con las posibilidades que dan los escenarios. Desde el momento en el que andas por él y la tela del suelo se va acolchando te sientes parte activa, y te sugiere actuar con tus poderes. Deshilachamos a los monigotes enemigos lanzando el hilo con el botón 1, que también servía para hacernos paracaídas en el aire. Nos agarramos a cremalleras que abrían la pared literalmente, nos colgamos de badajos de campanas hechos Kirbyovillos de lanas. Sin saberlo, nos convertimos en submarinos con sólo caer al agua, o derrapamos en las cuestas con forma de coche tras pulsar dos veces alante.

Aún en el primer nivel seguía la colección de ideas para jugar con las telas. ¿No llegas a la siguiente plataforma? Arruga la pantalla para acercarla. ¿Ves esa costura? Indica que hay algo por el otro lado. Cuando te metes debajo de la tela por una puerta es genial, saltando plataformas a ciegas y encontrando secretos, con ese efecto de relieve que indica tu posición.

El último punto cooperativo lo puso una sección divertidísima en la que Kirby y el cejudo se combinan en un ‘megazord' de risas y caos: inclinando el mando de Wii uno conduce el robot y lanza proyectiles, mientras el otro gira la cabina y suelta puñetazos.

Finalmente, hay un aspecto en el que no queremos encontrar ningún descosido en el juego final. Aunque se trate de una versión demostrativa, donde no importa la dificultad nula, el ritmo de juego parece suavizado en exceso, como si en el mundo de lana todo flotara a la deriva. Esperamos encontrar después al Kirby fuerte, imprevisible, rápido como un rayo. El que se libra de sus enemigos golpeando en serie y a toda velocidad; el que transforma su dulzura en un repentino torbellino de ataques. Y no somos los únicos que hemos echado de menos al Kirby con más carácter.

Para algunos ha sido el "juego del show" o el merecedor del premio a "mejores gráficos". Para mí, presenciar la revelación de lo nuevo de Kirby durante la conferencia fue lo más impactante. Jugarlo, una de las partidas más curiosas, originales y felices de la feria.