Nintendo ideó una consola con la que hacer tus propios videojuegos

Gracias a las patentes podemos hacernos una idea de los tejemanejes en los que muchas compañías se ven envueltas. En los últimos días hemos visto algunas que podrían habernos dado indicios de los posibles movimientos de Nintendo de cara a su próximo hardware. Sin embargo, ahora, hemos podido ojear una que nos lleva al pasado, concretamente a 1994, para enseñarnos cómo en la Gran N ya tenían intención de poner a los usuarios a hacer juegos en la comodidad del hogar. Nintendo registró hace más de 20 años una patente que detalla una consola creada para hacer videojuegos.

La idea que se muestra recuerda fuertemente a lo que ofrece Super Mario Maker. Durante la partida, se podría hacer una pausa para poder editar el juego a tu gusto y cambiar todo tipo de aspectos. Todo ello con una interfaz repleta de iconos que, mirando al editor que ofrece el título de Wii U, deja entrever que pudo ser una fuente de inspiración para éste.

Los poseedores de este aparato podrían retocar tranquilamente cualquier videojuego para convertirlo en una experiencia única y propia. Para llevar esto a cabo, además de permitir la conexión de mandos (los de Super Nintendo, tal y como se puede ver), se podrían usar tanto teclado como ratón para agilizar tareas como editar texto.

Además de tratar de hacer fácil el diseño de videojuegos para todos aquellos carentes de los conocimientos necesarios, en Nintendo tenían claro que compartir tus creaciones es algo fundamental. Esta pieza de hardware permitiría la conexión a la línea telefónica con la que enviar unos "archivos de usuario" a nuestros amigos para que pudieran probar nuestros experimentos. Aunque, claro está, también habrían necesitado poseer esta consola.

Finalmente, y como el tiempo ha demostrado, este producto no llegó a ver la luz. Sin embargo sí que contamos con un videojuego que parece beber mucho de esta idea, Super Mario Maker, un gran homenaje por el 30 aniversario de Super Mario Bros. que cumple la idea de Nintendo de meternos en la piel de un diseñador de niveles. Quién sabe, quizás más adelante esta patente acabe convirtiéndose en algo más que una idea desechada.