Algunos investigadores creen que su origen en organizaciones sociales de dominación masculinas, similares a los rasgos de dominación visibles en la sexualidad de las prisiones. Otros, particularmente Joan Roughgarden, Bruce Bagemihl y Paul Vasey, creen que la función social del sexo (tanto hetero como homosexual) no está necesariamente conectada a la dominación,
sino que sirve para reforzar las alianzas y lazos sociales dentro del grupo. Otros dudan de la teoría de la organización social, indicando que los pingüinos gays, que se unen en pareja de por vida, rechazan copular con hembras cuando se les da la oportunidad.12 Mientras que informes sobre comportamientos sexuales de este tipo todavía son anecdóticos, una cantidad creciente de trabajo científico confirma que la homosexualidad permanente ocurre no sólo en especies que forman parejas permanentes, sino que también en animales no monógamas como las ovejas.