Xenoblade Chronicles X
Impresionante, ¿eh?
[IMPRESIONES] Xenoblade Chronicles X (Wii U) - Avances
Llevamos más de dos años viendo vídeos, leyendo información y elucubrando sobre el que promete ser uno de los mayores bombazos de Wii U. Ahora, el momento se acerca. Queda menos de un mes para el lanzamiento de Xenoblade Chronicles X y ya hemos podido perdernos por Mira a los mandos del GamePad. Las expectativas que todos tenemos, servidor incluido, son muy altas, y no es para menos. ¿Recordáis esto?
"Impresionante, ¿eh?"
La humanidad ha tenido que huir tras un conflicto espacial que ha acabado destruyendo la Tierra. Después de vagar durante años por la inmensidad del espacio a bordo de la Ballena Blanca, los humanos, de nuevo asediados por esta inesperada amenaza, se ven obligados a aterrizar forzosamente en el planeta Mira.
Aquí comienza nuestra andanza en Xenoblade Chronicles X, tras personalizar a nuestro avatar con una cantidad de posibilidades bastante abrumadora, Elma nos libera de una de las cápsulas de evacuación lanzadas a raíz del aterrizaje. Vagamos por un terreno completamente desconocido mientras comenzamos a habituarnos de nuevo a movernos e incluso a combatir con algunas de las criaturas nativas de este nuevo lugar. Al llegar a un risco, nuestra compañera nos pide que nos detengamos y esperemos a que se disipe la densa niebla que rodea al entorno. Es en ese preciso instante cuando, rompiendo la cuarta pared de forma directa, Monolith Soft manda el primer mensaje directo al jugador con tan solo una frase de la propia Elma. Mira es un planeta enorme, es inmenso, es precioso, su flora es variada, su fauna lo es más y vas a poder explorar hasta el último rincón.
Porque no hay fronteras entre sus continentes. De hecho puedes visitar cualquiera de ellos desde el primer momento, aunque bajo tu propia responsabilidad (como nota, en el prólogo servidor murió unas cinco veces). Si algo tienen claro sus creadores es que quieren que te sumerjas de forma completamente orgánica en el planeta que han creado. Un lugar natural, con uno de los mapeados más grandes que hemos podido ver en un videojuego, lleno de todo tipo de parajes. Y lo más importante, lleno de vida.
No es un juego, es un mundo
Es cierto que, a diferencia del primer Xenoblade Chronicles, en Xenoblade Chronicles X la historia tarda un poco más en arrancar. Pero tiene sentido. Antes de comenzar a adentrarnos en su trama, los de Monolith Soft han decidido que aprendamos cómo funciona este mundo. Para ello nos presentan primero la ciudad de Nuevo Los Ángeles, donde se reúnen los supervivientes, con cuatro distritos diferentes nombrados por su función: industrial, comercial, residencial y BLADE.
BLADE, a su vez, es la organización que se encarga de otorgarnos misiones a las que podremos acceder según la división que decidamos escoger, claro que también hay secundarias que nos mandan algunos transeúntes. Podemos optar por todo tipo de posibilidades, desde misiones de exploración hasta rescate de supervivientes, aniquilación de posibles amenazas o incluso mediación entre dos vecinos del barrio residencial. Un abanico que nos demuestra que formamos parte de una sociedad y que cada integrante es un engranaje más que debe girar correctamente para que la humanidad pueda seguir adelante.
Uno de estos engranajes se basa en la defensa de nuestra especie. Tenemos que luchar, y en el combate es donde no podemos evitar volver a mirar al Xenoblade Chronicles de Wii. Aunque con algo de lástima, porque el sistema ha evolucionado de forma descomunal en el título de Wii U. Seguimos teniendo ataques automáticos y Artes que dan forma a golpes especiales e incluso auras para mejorar nuestras estadísticas; pero ahora hay que sumarle nuevos detalles como la Voz del Alma, poder desmembrar partes de los rivales (influyendo de forma directa en su forma de luchar), la climatología, el nuevo sistema de clases, los Skell y más, mucho más. Este nuevo sistema está plagado de matices, por lo que necesitamos más horas para poder contaros con todo lujo de detalles cómo funciona. Pero algo queda claro desde el primer momento, es tremendamente divertido y va a hacer falta estrategia para salir de más de un aprieto.
Un portento técnico
Como os comentaba al comienzo del artículo, la diversidad es una de las dos palabras que definen a lo que Xenoblade Chronicles X nos muestra en Mira. La otra es belleza.
Lo que tiene de grande, lo tiene de bonito. Es sorprendente ver cómo algo de tamaña extensión y con tantos elementos se mueve con tanta fluidez en Wii U. Monolith Soft no se ha cortado un pelo. Ha establecido una distancia de dibujado que ya quisieran muchos para sus mundos abiertos. Aunque hay presente cierto popping, resulta una delicia poder moverse por los paisajes que componen Mira mientras te paras a observar cómo sus criaturas nativas coexisten de forma natural.
En cuanto al plano sonoro, decir que las voces sólo están disponibles en inglés, sin opción de cambiar al doblaje japonés. Ahora, entrando en lo musical, lo primero que hay que tener presente es que el estilo de Hiroyuki Sawano es muy distinto al que mostraba el equipo de Mitsuda, Shimomura y compañía en Xenoblade Chronicles. La banda sonora de Xenoblade Chronicles X, hasta donde hemos escuchado, goza de muchos más temas vocales y parte de una base distinta. Un movimiento que parece buscar un toque más "occidentalizado" con respecto a las melodías de la aventura de Shulk; pero que no deja de poner los pelos como escarpias con algunas de sus canciones.
Es cierto, uno no puede evitar mirar al pasado y contemplar a ambas entregas. Pero ahora estamos ante una Monolith Soft que ha madurado en esto de crear mundos abiertos. Con tan solo unas pocas horas de juego a la espalda, os puedo asegurar que Xenoblade Chronicles X es de lo más ambicioso que he visto en un videojuego de mundo abierto. Abruma en su comienzo y enamora a medida que juegas. La ambición del estudio japonés se ha materializado en un RPG que, más que un juego, es un mundo; un mundo que ha llegado a Wii U. Y ahora, con vuestro permiso, me vuelvo a Mira, ¡que los Skell no se consiguen solos!
Nos vemos en el análisis.