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Super Toy Cars

Analizamos Super Toy Cars, carreras en miniatura para hasta 4 jugadores.

Super Toy Cars - Análisis

Super Toy Cars ha llegado a Wii U de la mano de los españoles Eclipse Games tras pasar por PC. A pesar de que su formato pequeño y encantador que bebe de títulos como Micro-machines o Re-volt de la época de Nintendo 64, llega en un momento en el que el rey de las carreras desenfadadas lleva poco tiempo en el mercado y las comparaciones pueden hacerle mucho daño. No obstante, mirando el formato y el precio, uno se encuentra con un producto distinto que puede ser un complemento a Mario Kart 8 sin problemas.

Lo primero que hay que señalar en Super Toy Cars son sus números: 16 vehículos diferentes y 12 circuitos. La cantidad de coches está bastante bien, aunque de primeras sólo podremos coger uno entre cuatro modelos y el resto ir comprándolos con las monedas del juego. Los circuitos son sencillos, pero por si uno busca alargar más la experiencia hay un completo editor que se maneja con el GamePad donde incluso los accesorios pueden ser colocados. Su problema quizá sea la falta de un tutorial para comprender su uso, más aun cuando sí existe uno para la conducción.

Cada uno de los coches puede ir cambiándose, obteniendo siete mejoras para cada uno de los modelos y que se pagan con créditos (dinero del juego). Con dichas mejoras se perfeccionan los atributos de aceleración, velocidad máxima, manejo, peso, derrapaje, y turbo; aunque también se pueden obtener cambios de diseño en la apariencia de los vehículos conforme se va avanzando en la aventura.

Ahora, hablando de lo que se puede hacer en el juego en sí, encontramos un modo historia con 48 pruebas (como carreras o contrarrelojes) divididas en ocho mundos con las que obtener dinero y diseños. Luego se puede jugar en carrera libre con hasta tres amigos más en cualquiera de las modalidades de prueba en los circuitos en tres dificultades. En compañía la diversión crece, y es lo que hace un título de esta clase ilimitado, aunque aquellos que no tengan a alguien cerca echarán de menos correr en línea.

En las carreras nos encontramos con un control sencillo basado en acelerar, el uso de objeto y un botón para derrapar. No todo es tan preciso como gustaría, sobre todo al chocar con otros coches o el escenario, pero por suerte está la opción de reaparecer en el camino a seguir cuando nos guste con el botón X o se puede escoger que lo haga automáticamente cuando nos encuentre empotrados contra la pared. Sin embargo, éstas son sólo “sus manías” y al comprenderlas se disfruta de este divertido título al máximo.

Los objetos son sencillos y representan objetos adaptados al tamaño de los coches como grandes bolas de billar. Éstos actúan como en Diddy Kong Racing y no Mario Kart, ya que cada uno de ellos sólo puede conseguirse en una caja específica. Otra característica importante es el turbo, que se puede utilizar con la barra del mismo si está rellena al completo – y para conseguir que ésta se llene hay que realizar largos derrapes y saltos en rampas, por lo que los turbos se los gana uno mismo.

En Super Toy Cars hay tres tipos de cámara: una cenital y dos más cercanas como las de otros títulos de coches que enfocan desde atrás de los vehículos. Sin embargo, existen otras carencias importantes que hay que señalar: no hay ningún tipo de componente online (aunque se habla de alguno como marcadores en una futura actualización). Luego está la música que, pese a no ser mala, su escasez de temas y de variedad puede resultar muy repetitiva. Por último es conveniente mencionar el control, el cual permite usar el GamePad, el Pro Controller y el Wiimote. Sin embargo, éste último no está adaptado al uso, sino que en vertical se utilizan los botones superiores y el coche acelera sólo.

En definitiva, Super Toy Cars no es la panacea de los títulos de coches desenfadados, pero ofrece una propuesta más pequeña por un precio reducido donde hasta los coches son diminutos. Tiene sus problemas en la precisión del control, pero la posibilidad de reaparecer lo soluciona en cierta medida. Se puede quedar corto si no se utiliza el editor y por la falta de online - aunque ésta fuera sólo para compartir circuitos creados. Pero ante todo estamos frente a un título que consigue divertir, y eso es lo más importante.