Pokémon Rubà Omega
Hoenn regresa por todo lo alto.
Pokémon Rubà Omega y Zafiro Alfa - Análisis
Ya están aquí Pokémon Rubí Omega y Pokémon Zafiro Alfa. Si nos pusiéramos a analizar el progreso que ha vivido Pokémon a lo largo de su historia, no sería raro sacar la conclusión de que esta saga tuvo una especie de punto de inflexión en su paso por GameBoy Advance. Kanto y Johto fueron las generaciones que capturaron a muchos de nosotros, como si de Pidgeys en la Ruta 1 nos tratásemos. Una fórmula sencilla, adictiva y con gran potencial de cara al multijugador que sumó y siguió cuando se dio el salto a segunda generación.
La tercera generación de Pokémon
Esa analogía con las propias criaturas que dan vida a esta saga la podemos seguir usando con las ediciones Rubí y Zafiro. Por aquel entonces, no pocos de esos Pidgeys que habían gastado pilas por docenas en GameBoy optaron por no continuar en Advance y se quedaron en la Caja 1 del PC de Bill como un recuerdo de un nostálgico comienzo, un recuerdo de días ya lejanos. Otros no, otros se adentraron en Hoenn y descubrieron un importante paquete de novedades, tal vez la más cuantiosa que se haya visto aún en la historia de Pokémon: habilidades, naturalezas, combates dobles, bayas… Todo aderezado con un renovado aspecto visual acorde a la nueva plataforma y que, para muchos, sigue siendo el mejor para un juego de Pokémon. También fue una época en la que el perfil del jugador empezaba a cambiar, cuando esa obsesión por el metagame competitivo que domina hoy la saga empezó a asomar. En definitiva, los jugadores evolucionaron. Aquellos Pidgeys fueron madurando hasta darse cuenta de que se acababan de convertir en Pidgeottos. Pokémon Rubí Omega y Zafiro Alfa vienen para que revivamos aquellos días; pero manteniendo bien presente el nido de Pidgeots que somos hoy día.
Dejando a un lado estas reflexiones, es difícil quedarse indiferente ante la existencia de estos remakes. Muchos celebraron sus anuncios, mientras que para otros (entre los que debo confesar que me incluía) éstos sobraban. Parece que el remake se consolida como la fórmula para mantener un ritmo de lanzamientos anuales (no parece para nada descartable que el año que viene regresemos a Kalos para unos hipotéticos Z o X2/Y2). Un ritmo en el que el estreno de una generación y consola debe traer flaquezas en otros aspectos para justificar sucesivos lanzamientos. No olvidemos todo lo que Pokémon X e Y han aportado. Más allá de los nuevos pokémon y la novedad todavía caliente de las megaevoluciones, son dos entregas que mostraron que GameFreak empezaba a preocuparse de verdad por los jugadores del multi competitivo, otorgando numerosas ventajas claramente dirigidas a ellos. No obstante, también fueron criticadas por tener una de las historias más flojas, una región poco desafiante y una dificultad demasiado baja.
Afortunadamente, la región de Rubí y Zafiro deja la sensación opuesta (excepto, tal vez, en dificultad). Nunca había valorado tanto a Hoenn como cuando la he redescubierto en 3DS. Ante la evidente linealidad de los últimos años, uno aprecia poder encontrarse un territorio en el que puede dejar sin recorrer un buen puñado de rutas y avanzar en la historia para volver cuando le apetezca explorarlas seriamente y con todas las MOs. El gran punto fuerte de la región es ése: una gran libertad de exploración, que se debe principalmente a la dualidad entre las dos bicis del juego (acrobática y de carreras) y a la riqueza de zonas para navegar (en contraposición con Kalos, donde los lagos y las salidas al mar escaseaban). Además, GameFreak parece haber retocado la frecuencia con la que salen pokémon salvajes en algunos lugares. Esta sensación te invade sobre todo en el mar, que ya no es un insufrible hervidero de Tentacools y las interrupciones se darán moderadamente. Si añadimos la incesante búsqueda de MTs, pokémon y megapiedras, obtenemos una región que disfrutaremos pateando hasta el último rincón.
¿Pero qué aportan Pokémon Rubí Omega y Zafiro Alfa? Aquellos que no jugaron en su día a estas ediciones conocerán, además de una región tan rica como se comentaba más arriba, una historia dinámica, con gancho y villanos más interesantes que el Team Flare de X/Y; aunque eso sí, todo esto sin salirse de los clichés habituales de la saga, que pueden cansar a más de uno. También conocerán una de las mejores bandas sonoras, cuya adaptación al hardware actual ha sido sobresaliente. Ahora bien, algunas de las limitaciones de antaño se reflejan en el producto actual. La pokédex de Hoenn no puede competir con la cantidad de criaturas que se podían encontrar entre las tres regiones de Kalos, algo que afecta a la riqueza de la historia pues condiciona los posibles equipos que se puede formar el jugador y puede cansarse de rivales monótonos. Como ejemplo, la totalidad de los miembros de los equipos Aqua y Magma siguen constando de los mismos cuatro pokémon junto con sus evoluciones. Por mucho que se trate de un remake, este hecho es imperdonable cuando actualmente existen más de 700 criaturas entre las que escoger.
En cuanto a los viejos conocedores de estas ediciones, se encontrarán con un rediseño parcial, con localizaciones remodeladas como Ciudad Malvalona, y con una historia ligeramente diferente a la que jugaron años atrás, puesto que ha sufrido algunos cambios (sobre todo en la relación con Máximo o la estructura de los villanos) y que guarda numerosas sorpresas (algunas de ellas bastante importantes). Así pues, el “Esto no es como yo lo recordaba” saltará a la cabeza de muchos en no pocas ocasiones. Dichas sorpresas se encuentran hasta en algunos de los clichés más típicos de pokémon, ampliando la riqueza de la región antes de lo esperado.
Si lo que te preocupa es la dificultad de la aventura, Rubí Omega y Zafiro Alfa presentan la misma tentación que X/Y: un renovado Repartir Experiencia que te permite entregar puntos entre todos los pokémon, hayan combatido o no, y con un reparto sumamente generoso. Una vez desactivado éste (cuyo efecto prolongado puede dar lugar a que estemos a unos 10 o incluso 20 niveles por encima de los rivales más duros), la cosa se equilibra un poco más, aunque si procuras evitar luchar contra entrenadores fuera de las ciudades puede que tiendas a quedarte corto de niveles. Lo que sí es seguro es que, sin el Repartir Experiencia activado, la sensación de paseo de Kalos no se repite en Hoenn. Los entrenadores tienen algunos pokémon más... aunque seguimos abogando por versiones en las que los entrenadores con equipos de seis componentes sean la tónica general y no la excepción.
Mención especial a la captura de pokémon primigenios (los que protagonizan ambas portadas), pues pegan tan fuerte que será difícil mantener al equipo aguantando una cantidad suficiente de turnos incluso estando varios niveles por encima. Si los combates con legendarios suelen ser una lucha de resistencia, el exagerado poder de los Groudon y Kyogre primigenios la convertirán en una verdadera gesta (no sería raro que al final la captura se diera con una Veloz Ball en el primer turno tras múltiples reseteos). Posiblemente la captura más complicada que me he encontrado en años y varias generaciones. También es cierto que lo merece, pues un pokémon en Regresión Primigenia puede convivir con uno megaevolucionado en un mismo equipo, por lo que los combates entre equipos de legendarios alcanzarán nuevas cotas.