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Pinball: Revenge of the Gator

Cocodrilo Tragabolas.

Pinball: Revenge of the Gator - Retroanálisis - Análisis

Los juegos de pinball siempre han estado ahí para entretener durante horas, a base de invitarnos a superar nuestra puntuación partida tras partida. Uno que tiene un hueco en el corazón de algunos jugones es Pinball: Revenge of the Gator realizado por el estudio HAL Laboratory, los padres de la franquicia Kirby, que recientemente ha llegado a la consola virtual de Nintendo 3DS (aunque con la pérdida de los modos multijugador Match Play).

Es impresionante cómo un único escenario formado por cuatro pantallas y tres zonas de bonus fue capaz en su momento de generar tanta diversión - y lo sigue haciendo, gracias a su ritmo rápido y a unos cocodrilos carismáticos, sobre todo el que se esconde abajo del escenario para comerse nuestra bola si se cae.  Es un detalle que no aporta nada a la jugabilidad, pero que se agradece puesto que la bola perdida no simplemente desaparece o se cae como ocurre en la mayoría de ocasiones.

Estos reptiles son la esencia del juego y forman parte del escenario, algunos de manera decorativa y otros como partes con las que interactuar, pudiendo ser `pulsados´ cual botón o permitir trasladar a otra pantalla nuestra bola. Básicamente la exploración es lo que hace a este juego especial, ya que el género en la antigüedad solía tener la mesa y punto, y aquí tenemos cuatro secciones que alargan la mesa y aportan frescura a la hora de buscar qué hacer, rompiendo con la monotonía de siempre de pulsar los mismos lugares de bonificación. Las pantallas de bonus añaden una recompensa a esa búsqueda y nos bonifican, si las aprovechamos bien, con una cantidad considerable de puntos.

Un punto muy bueno del juego es su dificultad. Es un pinball en el que empezamos sin `power-ups´ que nos ayuden a que la bola no caiga en alguna ocasión y, si queremos conseguirlos, tendremos que ganárnoslos a base de acciones concretas por el escenario. Está bien planteado que, una vez empezamos a jugar, si se nos cae la bola nos demos cuenta de que no hemos perdido, sino de que ésta ha bajado a una pantalla inferior de la mesa, lo que nos da un cierto nivel de práctica antes de que llegue al nivel ínfimo en el que se encuentra el cocodrilo hambriento.

En cuanto a modos de juego, tenemos uno para un jugador y otro para dos, aunque realmente este segundo se basa en echar partidas por turnos entre los dos jugadores y no supone un duelo real en el momento. Los verdaderos modos de competición, los Match Play, están ausentes en la versión de la consola virtual, pero no genera la sensación de un producto incompleto en el resto del juego.

Como ya hemos comentado, tenemos varias pantallas en este juego, cada una con sus dos flippers y conectadas entre sí. El manual electrónico del juego aporta los datos necesarios sobre ellas (lo que es un detalle a agradecer) para así comprender mejor el funcionamiento de las llamadas pantallas `A-D´  - y también cuáles nos facilitan el acceso a cada uno de los bonus (aunque también podemos descubrirlo por nosotros mismos si lo preferimos). Es un detalle que esto esté presente, aunque sea en digital, lo cual nos recuerda los informativos que pueden llegar a ser los manuales y lo que los echamos de menos en la actualidad.

Puede que Pinball: Revenge of the Gator para muchos sea un completo desconocido, pero su sucesor, Kirby´s Pinball Land, sí que tuvo una gran acogida y es reconocido por muchísima gente. Así que, jugadores fans de este último, probad el título de los cocodrilos porque no os defraudará y, los que disfrutasteis con él en su momento, corred a la eShop y haceros con él.

¿Qué te parece Pinball: Revenge of the Gator? ¿Lo has probado en la Consola Virtual de Nintendo 3DS?