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Mega Man 7

Mega Man 7, el salto de los 8 bits a los 16 bits.

Mega Man 7 - Análisis

Mega Man 7 llega a la eShop de Wii U casi 20 años después de su lanzamiento original allá por el año 95 en Super Nintendo. Capcom trae un título que aúna los elementos más característicos de la saga. Robots, plataformas, acción, disparos y la dificultad propia de la franquicia se dan la mano por séptima vez bajo la firma de un poco presente Keiji Inafune.

Regreso al futuro

La historia del ya veterano Mega Man 7 nos sitúa en ese desconocido año 20XX, justo después de los hechos acontecidos en Mega Man 6. Tras la captura del Dr. Wily y su merecido aprisionamiento, todo volvió a la normalidad en el mundo del robótico héroe. Lo que nadie se imaginaba era que el doctor tenía un as en la manga.

Un grupo de robots, denominados Master Robots, permanecía a la espera en el laboratorio de encarcelado doctor para activarse si, tras un periodo de 6 meses, no recibían señal alguna por parte de su creador. Pasado este lapso, los cíborgs se liberan para sembrar el caos a su paso y liberar a su padre.

En este punto comienza la aventura. Tras una breve secuencia protagonizada por Mega Man, Roll y Auto pasamos a controlar al robot azul en un nivel introductorio que sirve como primera toma de contacto con los controles. Un escenario en cuyo final recibimos la sorpresa de dos nuevos personajes, Bass y su lobo Treble, autómatas que dicen estar de nuestro lado en esta lucha y cuya naturaleza se desvela durante el transcurso del juego.

Combate, aprende y elimina

La mecánica de juego de Mega Man 7 radica en su simplicidad. De forma similar a como hacen tantísimos arcades de scroll lateral, nos desplazamos de izquierda a derecha sorteando todo tipo de obstáculos mientras abatimos a nuestros enemigos con el creciente arsenal del Blue Bomber. Como broche a cada pantalla, nos enfrentaremos a un jefe final, que normalmente será uno de los 8 Master Robots.

Aunque en un principio sólo contamos con el mítico Mega Buster, a medida que vayamos superando niveles adquiriremos las armas de los jefes abatidos. Este elemento compone uno de los tres vértices de la piedra angular del título, ya que su correcto uso puede marcar la diferencia entre una victoria y una derrota ante los enemigos finales de fase. Aprender sus patrones y aprovechar sus debilidades hacen que pasemos horas buscando la forma de acabar con ese robot. Llegando incluso a buscar en otros niveles el arma más eficaz para acabar con él.

Cada uno de los escenarios es accesible desde un menú principal, desde el que además podemos entrar a la tienda de Auto. En ella, a cambio de tornillos, o Bolts, podemos comprar tanques para rellenar nuestra energía o la munición de nuestras armas, entre otras cosas.

 

Exploración en 16 bits

A pesar de la linealidad de su desarrollo, cada nivel de Mega Man 7 cuenta con elementos que los distinguen del resto. Dejando a un lado la clara diferencia artística de cada uno, sus mecánicas dejan patente que los retos y enemigos de cada escenario proponen desafíos únicos y propios de la dificultad que caracteriza a esta saga.

Sin embargo, hay otro aspecto que constituye el segundo de los tres vértices de la experiencia que ofrece esta séptima entrega: la exploración. Las fases ocultan secciones secretas o elementos accesibles mediante el uso de las armas adquiridas, o con un poco de habilidad a los mandos. Cabe destacar la recolección de las letras “RUSH”, que permite que el fiel compañero canino del protagonista se fusione con él, dotándole de nuevas habilidades.

Este perro robot, además, puede facilitarnos el transcurso de los niveles gracias a las habilidades que posee y podemos emplear. Rush excava en busca de objetos, hace de trampolín o incluso de propulsor al llamarlo siguiendo el mismo método que usaríamos para usar un arma cualquiera. Emplear a este can puede ser un recurso que nos saque de más de un apuro.

Una mano de chapa y pintura

Y pasamos al tercer y último vértice de esta piedra angular. A pesar de traer la jugabilidad que siempre ha marcado a la saga, el problema de Mega Man 7 es precisamente ése. Apenas aporta nada nuevo. El paso a los 16 bits de la saga principal del robot repite la misma fórmula de siempre con ligeros matices. Acompañada de un impecable lavado de cara tanto gráfico como sonoro que se antoja insuficiente para el cambio generacional que supone esta entrega.

A pesar de esto, son demasiados los puntos positivos que ofrece esta entrega como para flaquear por una carencia de innovación. Además, la posibilidad de usar la función Off-TV en nuestra Wii U y el poder crear y cargar puntos de restauración a nuestro antojo desembocan en una experiencia más accesible y cómoda para los usuarios.

Quizás esta facilidad traída con dichos puntos suponga una ruptura de la dificultad del título original. Pero, para todo el que prefiera una experiencia más fiel a la de 1995, siempre se puede usar el sistema de contraseñas que ofrece el juego.

 

En resumen, Capcom y Nintendo nos traen a la Consola Virtual uno de los más grandes hitos del catálogo de Super Nintendo. La aventura del robot azul cuenta con una mecánica de juego muy tradicional, quizás algo floja para los tiempos que corren. Una experiencia con la que los veteranos seguro esbozan una sonrisa al escuchar los primeros compases musicales del juego y que los más nuevos no deben perderse si quieren conocer la esencia del casi desaparecido Mega Man.