KORG DSN-12
Emula en tu Nintendo 3DS con KORG DSN-12 un sintetizador analógico de los años 70.
KORG DSN-12 - Análisis
Entre las numerosas anécdotas de Frank Zappa, existe una bastante recurrente entre sus estancias en el hospital. Cuando el célebre músico tenía que guardar cama solía pedir que le trajeran un sintetizador portátil, con el que pasaría las horas muertas experimentando de cara a sus futuras composiciones. Los sintetizadores revolucionaron la creación musical a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. Su capacidad para crear una enorme variedad de sonidos gracias a la electrónica atrajo a todo tipo de músicos experimentales y se volvieron muy populares, sobre todo en los 70 y los 80. Gracias a KORG DSN-12 podrás ponerte en el papel de Frank y otros compositores desde tu Nintendo 3DS.
El Legado de KORG DSN-12
KORG fue (y es) uno de los fabricantes de sintetizadores más célebres; pero en la actualidad se resiste a quedar anticuada gracias a nuevos productos y estrategias. Una de ellas consiste en utilizar las portátiles de Nintendo para emular sus modelos más clásicos, lo cual se consigue de una forma bastante lograda gracias a la pantalla táctil. Nintendo 3DS ya recibió el KORG M01D, basado en el popular y ochentero KORG M1; pero en esta ocasión retrocede hasta 1978, año de lanzamiento del analógico MS-10, sistema en el que se basa DSN-12.
La principal ventaja de los sintetizadores analógicos era la enorme variedad de sonidos que podían producir, aunque obtener uno concreto no era nada sencillo. Para combinar adecuadamente formas de onda, frecuencias, modulaciones y filtrados era necesario poseer algunas nociones sobre teoría de la señal y un oído bien entrenado.
KORG DSN-12 transmite ambas realidades. Por un lado, basta con un recorrido por los archivos de ejemplo para admirar la riqueza de los resultados obtenidos, que bien podrían dar para montar una sesión completa en una Rave. Por el otro, el fiel control del juego, que emula cada uno de los conmutadores, potenciómetros y conectores para cables del MS-10 original, hace que el usuario medio se sienta tan perdido como si hubiera caído en paracaídas en medio de una jungla. A esto hay que añadir la práctica ausencia de tutoriales y lo críptico del lenguaje que emplean tanto la aplicación como su denso manual, que echará para atrás a los no iniciados. Desde luego, estamos ante un producto nicho, accesible sólo para unos pocos entusiastas de la música experimental. Su precio, 30€, es buena muestra de esta naturaleza. No se trata de un producto para todos, sino para un público muy especializado.
A pesar de todo, no podemos limitarnos a pensar que KORG DSN-12 es un artículo con el precio inflado sin más razón que para compensar su reducido público, todo tiene su justificación. Los sintetizadores analógicos de los años 70 son actualmente verdaderas piezas de coleccionista; pero gracias a aplicaciones como ésta, su uso está al alcance de todos. Además, el resultado es bastante positivo pues los sonidos producidos poseen bastante calidad y reproducen fielmente los efectos que se pretenden emular, por lo que merece la pena conectar la consola a unos altavoces externos. Si las posibilidades de creación de sonido se encuentran con algún obstáculo, posiblemente se deba más a limitaciones del sintetizador original que de la aplicación en sí. Al fin y al cabo, el MS-10 era un sintetizador monofónico; pero DSN-12 permite hasta doce pistas sonando a la vez, como si de una docena de sintetizadores, cada uno con una configuración diferente, se tratase.
Pero, ¿de qué son capaces estos sintetizadores? Cada uno está dotado de un VCO con el que se pueden producir señales cuadradas, triangulares, de diente de sierra o ruido blanco. Aunque se eche en falta un generador de señal sinusoidal, siempre se puede crear un efecto similar utilizando el filtro VCF, configurable en paso bajo, paso alto o paso banda. Además, se dispone del siempre útil generador de envolvente, con el que se puede dar forma o filtrar el sonido, consiguiendo resultados espectaculares capaces de imitar el sonido de algunos instrumentos reales. También hay otras herramientas habituales como un amplificador VCA, efectos adicionales de reverberación (entre otros) o selectores de PWM. No habrá día en el que entres y no descubras una nueva forma de producir sonidos diferentes. Por supuesto, todas estas terminologías que os pueden sonar raro son de uso común en el mundo de los sintetizadores y conviene que las conozcáis antes de aventuraros en el producto. Como veis, lo de “producto nicho” no iba en broma.
Una vez tengas los sonidos que buscabas, el programa te da la oportunidad de implementarlo en una cómoda partitura de recuadros en la que puedes escoger nota, velocidad, intensidad o pan, entre otras propiedades, y secuenciar las piezas que vayas creando para así producir una verdadera obra completa. Tienes hasta 64 patrones memorizables por composición que puedes programar posteriormente en el orden que quieras para realizar tu secuencia final.
De todos modos, si hay un elemento característico por el que destaque DSN-12 es por su osciloscopio. La aplicación incorpora un añadido que no formaba parte del sintetizador original y que resulta bastante útil para medir o crear sonidos utilizando conceptos de teoría de la señal. Con esta novedad, la pantalla superior representa un verdadero osciloscopio, mostrando no sólo la forma de onda, sino también todo tipo de datos como el ritmo de pulsaciones del metrónomo o la ubicación del tono dentro de la partitura. Como curiosidad, KORG presume que DSN-12 trae el que sería el primer osciloscopio con pantalla en 3D de la historia, aunque a la hora de la verdad dicho efecto no resulta demasiado llamativo por lo discreto de su aportación.
En definitiva, KORG DSN-12 es un artículo solvente para productores y compositores. No sólo por las vastas posibilidades de creación que ofrece, sino porque los archivos de ejemplo recogen una rica variedad de sonidos precocinados perfectamente válidos para preparar composiciones más elaboradas. No obstante, no hay que dejar de verlo más como una herramienta de apoyo que como un instrumento profesional pues, aunque incorpore un teclado para la pantalla táctil, no tiene nada que ver con lo que podría conseguir un pianista experimentado con un teclado real. Además, existe una ausencia bastante notable: la posibilidad de compartir tus creaciones por internet, puesto que la única opción de conectividad es el envío local de una Nintendo 3DS a otra. Una verdadera lástima, ya que hubiera sido interesante tener una pequeña comunidad de compositores publicando sus trabajos.