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Governor of poker

Analizamos Governor of Poker, el juego de cartas más famoso del mundo al modo Texas hold´em.

Governor of Poker - Análisis

Governor of Poker intenta poner al famoso juego de cartas algo más bonito, darle un contexto interesante y hacer algo más que los típicos portales de apuestas en internet, llenos de profesionales multicuentas y jugadores ocasionales. La ambientación en el Viejo Oeste es más que acertada, tanto por ser el lugar donde este juego comenzó su enorme popularidad como por el hecho de que la variante que se juega es el Texas hold´em, el más famoso en la actualidad gracias a los campeonatos mundiales.

Así pues estamos en el estado de Texas, jugando al póquer al estilo Texas y somos o un vaquero anciano y bigotudo o una damisela que recuerda mucho a Anabelle Bransford, el personaje que interpretada Jodie Foster en Maverik. El objetivo del juego es muy sencillo, jugar al póquer, ganar y no sólo conseguir dinero para alcanzar torneos más caros y con mayores premios, sino ir consiguiendo casas para convertirnos en verdad en el auténtico Gobernador.

Visualmente, Governor of Poker es lo más sencillo y esquemático que nos podemos echar a la cara. No hay que olvidar que hay versiones gratuitas de este juego (demostraciones más bien) para navegadores y el tipo de juego tampoco pretende impactar visualmente. Las partidas de póquer se ven con cámara cenital, con varios jugadores alrededor de la mesa. Sólo les veremos el sombrero y las manos, lo que será muy importante no sólo para identificarlos, sino porque a lo largo de las partidas podremos estudiar sus movimientos y sus jugadas a fin de saber a qué atenernos. Puede que la señorita del sombrero azul sea dada a echar faroles o que el hombre del sombrero negro con adornos en plata sólo vaya fuerte cuando tenga jugadas realmente buenas.

Siempre se dice que en el póquer no juegas con tus cartas, juegas con las cartas de los demás, y en Governor of Poker parece que esta regla se cumple, sobre todo si nos atrevemos con los niveles medio y difícil, en los que no se pueden hacer locuras o acabaremos desplumados en menos de lo que canta un gallo. Las reglas son muy sencillas y cualquiera que haya jugado alguna vez no tendrá ningún problema para adecuarse al sistema de juego.

Governor of Poker

Bueno, no del todo cierto, ya que hay una ligera barrera inicial, completamente inexplicable, y es que pese a que todos los textos estén traducidos al español, no lo están las órdenes en medio de la partida. Palabras como Call, Raise, Fold y Fold & Skip son raras para aquellos que hayan jugado en español y no se entiende por qué hay algunas cosas traducidas y otras no. Es un impedimento menor, porque en seguida sabes que son términos como Ir, envidar y no ir, pero no deja de ser extraño.

Eso sí, lo que es algo imperdonable son los larguísimos tiempos de carga, algo realmente exagerado para un título de estas características. ¿Se tarda tanto en verdad en cargar una mesa con cinco o seis jugadores, jugadores esquemáticos para más añadidura? El ritmo de las partidas también es algo lento, incluso después de activar la escondida opción de acelerar el proceso. Tampoco queda muy claro cómo leer los comportamientos de los demás jugadores, teniendo tanta limitación en las animaciones resulta complicado leer los cantes y actuar en consecuencia.

Pero posiblemente la carencia más importante sea la de no incluir un multijugador, sino que sólo tiene modo para un jugador. Absolutamente inexplicable por qué Governor of Poker no tiene modo online para poder jugar contra otras personas, siendo esa la base del póquer. No es que el modo campaña no sea largo o que el modo de juego rápido no esté mal, pero estamos hablando de un juego de cartas que es mucho más divertido con un multijugador, por pobre que sea.

Governor of Poker

Así pues, Governor of Poker no está del todo mal, a pesar de que se nota que es título adaptado de dispositivos móviles y que tiene muchas carencias técnicas, de rendimiento y de contenido, siendo algo farragoso de jugar y da la sensación de estar incompleto, más aún cuando ya hay una segunda parte circulando por ahí. Justito para los amantes del póquer e incomparable a una velada con los amigos, pizzas y cerveza.