Portada » Análisis » Gotcha Racing (3DS)

Gotcha Racing

La nueva obra de Arc System Works aúna la competición con los coches en miniatura.

Gotcha Racing (3DS) - Análisis

Gotcha Racing es uno de los nuevos títulos que llega a la eShop de Nintendo 3DS de la mano de la veterana compañía Arc System Works. Se trata de un juego de carreras con vista cenital que bebe de influencias como los clásicos Micro Machines para posicionarse como un firme candidato de cara a disputar partidas cortas y directas en la portátil.

¡Construye tu coche y colecciónalos todos!

Desde los primeros compases de juego, Gotcha Racing es consciente del tipo de producto que es y a qué público se dirige. En su planteamiento jugable hay suficiente espacio para que confluya la afición por los gashapones japoneses (figuras coleccionables que se compran en máquinas expendedoras) y el gusto por juegos arcade como Rush Rush Rally Racing. Esta mezcla, aparentemente extraña en un principio, es la clave de la obra e insta al jugador a no acomodarse y probar nuevas combinaciones en las carreras.

La primera vez que iniciamos el juego pasamos a meter nuestras primeras monedas virtuales para conseguir piezas con las que desarrollar nuestro coche. Si bien el resultado puede ser una solución de cara a completar los circuitos iniciales, pronto comprobamos las carencias del vehículo frente a nuevos retos.

Las posibilidades de personalización ofrecen fórmulas muy variadas y distintas entre sí. Al echar dinero en la máquina expendedora obtendremos piezas de carrocería, motor o ruedas, a lo que se añaden dos huecos más para accesorios que potencien la eficiencia del vehículo en la carretera. A su vez, cada uno tendrá sus propias características que añaden un valor estratégico a la construcción del coche. ¿Qué es más conveniente de cara a un circuito con muchas curvas? ¿Optamos por un motor potente o quizás más versátil? Analizar todos estos elementos antes de una carrera se convierte en un requisito indispensable para salir victoriosos de cada desafío.

La predisposición del estudio por conseguir una jugabilidad directa y sin escollos se refleja en los controles. Con tan solo presionar el botón A para acelerar y el B para frenar ya dominamos las bases del juego. La curva de aprendizaje es sencilla al comienzo pero desafiante a largo plazo según avanzamos en el Grand Prix o el modo contrarreloj.

La importancia de parar en boxes

Si prestamos atención al plano técnico, Gotcha Racing no destaca en ningún aspecto e incluso en sus pretensiones de producto modesto se aprecia cierto conformismo que no favorece al conjunto. El diseño de los circuitos es correcto sin más, pero su falta de personalidad es demasiado acusada en un juego de estas características. La obra de Arc System Works utiliza las dos pantallas de la portátil mostrando la acción y dando así continuidad a los escenarios. Es un recurso efectista que nos da cierto margen de maniobra al observar segundos antes lo que está ante nosotros, pero de la misma forma puede despistar al jugador por la dificultad que supone estar pendiente a varios elementos.  

Mención especial merece la interfaz visual. Es sencilla, directa y tiende la mano a los jugadores menos experimentados en el género. La pulcritud de este apartado es tal que solo encontraremos el velocímetro y el cambio de marchas en la parte inferior sin entorpecer la experiencia jugable.

Gotcha Racing no destaca precisamente por sus físicas, a todas luces torpes e irreales a la hora de mover a los coches en pantalla, sino por la gran diversidad de estilos de juego que propone mediante las distintas combinaciones de piezas que con mayor o menor acierto se muestran de forma diferenciada en las carreras. Ofrece 12 circuitos diferentes y 6 categorías diferentes, lo que junto al puro coleccionismo de conseguir nuevos vehículos aporta una rejugabilidad reseñable. Y es que hay funcionalidades anecdóticas diseñadas para alargar la vida útil del producto. Desde la posibilidad de obtener monedas especiales según el número de pasos que demos con la consola hasta utilizar el StreetPass para intercambiar piezas con otras personas.

En cuanto a su banda sonora, predominan guitarras eléctricas y temas enérgicos en consonancia con la acción que aparece en pantalla. Cumplen su función pero son escasos y repetitivos, lo que junto a los pobres efectos de sonido no ayudan a mejorar el apartado sonoro. Si bien el sonido de sintetizador va en consonancia con el estilo que desprende el juego, ruidos como el del motor en marcha llegan a resultar molestos.

Conclusión

Gotcha Racing es un juego que parte de la sencilla premisa de entretener mediante partidas cortas y una buena rejugabilidad. Sus intenciones como arcade de carreras funcionan sobre el papel y se aprecia el esfuerzo del estudio por introducir a nuevos jugadores en el género, pero en la ejecución se ve lastrado por un apartado técnico mediocre y pocas ambiciones en lo jugable. Solo aquellos aficionados que disfrutaron en su día con títulos como R.C. Pro-Am valorarán sus alicientes por encima de las carencias.