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Chibi Robo Photography

Analizamos Chibi-Robo! Let’s Go, Photo!, locura con cámara en mano.

Chibi-Robo! Let’s Go, Photo! - Análisis

La serie Chibi-Robo tiene rarezas a montones, sin nada que envidiar a Tomodachi Life. Sin embargo, su paso por Europa no ha sido muy exitoso, ya que la primera entrega llegó cuando GameCube estaba dando los últimos coletazos y la segunda, de DS, no tuvo su versión europea. Sin embargo, la distribución digital ha permitido que este nuevo Let´s Go, Photo! aterrice en nuestras consolas y sin censura de ningún tipo.

La idea central de Chibi-Robo es conseguir la felicidad de la gente y con ello conseguir dinero y poder avanzar, lo que en esta aventura se traduce en conseguir una serie de siluetas especiales para llenar un museo de objetos singulares denominados Nostaltrastos para que su dueño consiga visitas. Estos objetos se crean realizando fotos en la vida real, con la condición de que lo enfocado tenga una forma parecida a la de la silueta que utilizamos. Se comienza con un simple círculo, pero luego se van haciendo más complejas las formas, y las fotos pasan a formar parte de un objeto real, como por ejemplo una chapa.

Todas las fotos realizadas pueden ser guardadas en la SD y los objetos transformados pueden ser vistos en el museo del juego desde distintos ángulos y ser renombrados. El problema importante viene a la hora de hacer las fotografías, ya que se requiere cierta equivalencia entre la forma del objeto y la de la silueta, y hay veces que la cámara no lo reconoce tan bien como sería deseable, siendo necesaria más luz o incluso coger el objeto, creando fotos que no quedan tan “naturales” como gustaría - y no sólo eso, sino que si fallamos tras nueve intentos, la película que estamos utilizando se quemará.

Donde hay algo más de chicha es en los minijuegos para conseguir puntos felices, que van desde un shooter con el giroscopio hasta buscar ingredientes para una receta. No todos son igual de divertidos, y algunos dejan una sensación extraña al completarlos de que no están del todo bien trabajados. Conforme vamos consiguiendo siluetas, irán apareciendo más pruebas y aumenta la variedad, ya que al inicio sólo hay tres disponibles.

También hay varias zonas para explorar, como un escritorio o un jardín, en las que realizaremos tareas de asistente del hogar como limpiar con el cepillo de dientes a la par que se presentan secciones plataformeras. Investigando estos lugares se podrán encontrar objetos ocultos, pero el tiempo aquí se va principalmente en dejarlo todo como los chorros del oro.

Otro gran problema está en la batería de Chibi-Robo, puesto que se va reduciendo constantemente y, si llega a cero, obligará a repetirlo todo. Al principio es bastante frustrante puesto que el tiempo es muy corto y la cantidad de cosas que podemos realizar entre cada carga es muy pequeña, pero por suerte éste va ampliando conforme se va avanzando en la aventura y al final se hace mucho más divertido y ofrece más libertad. Quizás la decisión esté un poco mal escogida al hacer más lento el progreso al principio, pero también puede ser útil de cara a acostumbrarnos a guardar ya que se hace al mismo tiempo que el proceso de carga.

La aventura del pequeño robot está llena de personajes de lo más variado (hasta aliens) y con una pinta muy rara en la mayoría de ocasiones, con voces hechas a base de sonidos extraños. Su principal contra está en que los textos se hacen lentos a veces, pero sin embargo su carisma hace que las situaciones se conviertan en cosas absurdas incluso pareciendo normales.

Gráficamente el juego recuerda a la entrega de GameCube y los detalles de los objetos creados a bases de fotos son bastante buenos, aunque por el contrario a veces se ralentiza todo (sobre todo con el 3D activado) y hay dientes de sierra presentes en varias texturas. El sonido por su parte tiene lo divertido de las voces, pero por lo demás no destaca en absoluto.

En definitiva, Chibi-Robo! Let´s Go, Photo! Tiene sus problemas que hacen que la experiencia no sea todo lo grata que pudiera ser, pero sin embargo hay buenas dosis de diversión en este título sobre todo cuando hemos avanzado ya un poco y tenemos más tiempo de batería y más siluetas de película. Y como no, pasar objetos de tu casa al mundo del juego en forma de Nostaltrastos es un punto al que merece la pena dedicarle un tiempo, no sólo por lo único de la propuesta sino por los diferentes concursos que Nintendo está organizando vía SpotPass.