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Battle of Olympus

La Grecia más mitológica de la NES.

Battle of Olympus - Análisis

Battle of Olympus es uno de esos juegos que, si se jugaron en su tiempo, dejan una enorme huella en los que tuvieron la suerte de disfrutarlos. Desgraciadamente, el paso del tiempo suele ser bastante inclemente con los títulos antiguos, que al final son vistos de otra forma por las generaciones actuales, más acostumbrados a la sofisticación y a los procesos de juego más depurados.

Battle of Olympus es un título tosco, pero que ya empezaba a mostrar parte de este refinamiento, aunque sin perder ese toque de título de 8 bits, con momentos realmente difíciles y una exploración abierta. También fue uno de los primeros juegos en tener una ambientación completa y coherente, concretamente la Antigua Grecia, la más mitológica, con monstruos y dioses trajinando con el destino de los mortales.

En este juego de acción y exploración se conjugan muchos elementos de muchos géneros diferentes. Manejando al héroe de la historia, Orfeo (nada que ver con la figura mitológica clásica), tendremos que viajar entre las diferentes islas y regiones de Grecia, como Arcadia o el Peloponeso, con completa libertad, hablar con las gentes de los pueblos, ayudarlas y visitar los templos de los dioses a fin de rescatar a nuestra amada Helena, prisionera del Dios del Inframundo: Hades.

A priori parecería un juego más de salvar a una princesa en apuros, pero Battle of Olympus se convierte en una amalgama de elementos muy bien conjugados que lo convierten en una experiencia única. El título es bastante largo y muchas de las zonas requieren que tengamos en nuestro poder un objeto determinado. Para conseguir estos objetos deberemos resolver situaciones anteriores y hablar con los aldeanos y eremitas, que nos darán pistas fundamentales para avanzar. Pero el juego no tiene pila de guardado como tal, sino que en determinados puntos, los dioses nos darán una clave especial. Introduciendo es clave al inicio de la partida se volvía a ese punto con todos los objetos que tuviéramos hasta entonces.

Y es que la Antigua Grecia estaba diseñada como un enorme laberinto estilo Metroid, o más correctamente, al Castlevania II: Simon´s Quest. Multitud de objetos especiales, secretos por descubrir y pistas que recoger en una odisea mitológica. Por supuesto, este laberíntico planteamiento no iba a ser la única dificultad del juego. Los escenarios, de scroll lateral, estaban llenos de enemigos de los más variopinto. Lo mejor de todo es que no había carteles que te dijeran que ibas por mal camino, o paredes invisibles que te indicaran que no es una buena idea seguir por ahí. En Battle of Olympus descubrías que te habías equivocado de sendero porque te solías encontrar a unos enemigos que te arrancaban la cabeza de un bocado. Si sumamos esto a la ausencia de mapa tenemos un título que recompensaba la tenacidad y que obligaba a repetir una y otra vez los escenarios hasta lograr el éxito.

Y es que puede que llegáramos a enfrentarnos a la Lamia con todos los objetos necesarios y pletóricos de vitalidad, que eso no era en absoluto garantía de éxito. Battle of Olympus era un juego complicado, que obligaba a aprenderse rutinas de combate y en el que los enemigos podían ser implacables con los jugadores más novatos e impacientes…. Por no añadir lo anterior, que podrías estar en un lugar felizmente que no tocara en esos momentos. Pero esa era la gracia de los juegos antiguos, en los que no había una flecha que te indicaba el siguiente paso.

Battle of Olympus

Exploración, acción, cierto componente rolero, una estructuración en forma de laberinto y una ambientación rica y llena de matices son parte de este clásico de los videojuegos que ha cumplido 25 años desde su lanzamiento y que, a día de hoy, sigue sorprendiendo por lo que logró en su tiempo, con muchos menos medios de los que hay ahora.

¿Qué recuerdos tienes de Battle of Olympus?