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Asdivine Hearts

Rol en clave Retro.

Asdivine Hearts (Wii U) - Análisis

Asdivine Hearts, un JRPG de corte tradicional desarrollado por Kemco, llega a la eShop de Wii U para intentar retrotraernos a la época de esplendor del género y que revivamos la experiencia que nos ofrecían los clásicos de las consolas de 16bits.

 

La nostalgia

Después de su paso por Steam o las plataformas de descarga digital para dispositivos móviles, podemos disfrutar de este juego en la sobremesa de Nintendo. En él nos encontramos en el mundo fantástico-medieval de Asdivine, donde las deidades de la luz y la oscuridad han entrado en una guerra secreta de la que los hombres apenas saben nada aún. Encarnaremos a Zack, un huérfano que, junto a su amiga de la infancia Stella, conoce a uno de los mencionados dioses de la luz durante una “excursión” a un bosque cercano, el cual poseerá el cuerpo de un gato para contarnos la situación y nos empujará hacia una aventura para combatir las fuerzas del mal y evitar que el mundo termine sumido en el caos.

Desde luego, a nivel argumental no destaca demasiado y nos encontraremos con personajes y situaciones extremadamente tópicas propias de cualquier JRPG genérico que le restan mucha personalidad al título. Avanzaremos por la historia sin demasiado interés saltando de estereotipo en estereotipo y teniendo que aguantar interminables líneas de texto que, para más inri, se encuentran en perfecto inglés. Lo más destacable en ese aspecto es el alivio cómico que supone Félix (así es como terminan llamando a la deidad personificada en felino, muy a su pesar) y algunos diálogos opcionales que podemos tener con los miembros de nuestro equipo en determinados momentos del desarrollo.

A nivel visual y artístico tampoco es que sea excesivamente destacable. Sus diseños no pasan de ser solventes y en general, su aspecto es más funcional que otra cosa, sin alardes de ningún tipo. Trata de recordar con tanto ahínco a otras obras que termina pasando desapercibido a pesar de que no se le puede achacar que sea desagradable a la vista ni al oído. Es bonito y tiene algunas melodías destacables, pero en general se siente que le falta algo que lo haga memorable.

 

Mazmorras y turnos

Respecto al aspecto jugable, adolece de las mismas virtudes y defectos que el resto del programa. Estamos ante un juego de rol nipón al uso, con exploración, mazmorras por resolver, jefes y combates por turnos. Viajaremos de pueblo en pueblo y ciudad en ciudad hablando con NPCs y desfaciendo entuertos para poder avanzar, mientras subimos de nivel y compramos mejor equipación en las tiendas. En ese aspecto su mayor aportación es el sistema de joyas. Cada personaje tiene una cuadrícula que se puede ir ampliando y en la que debemos encajar unas piezas a modo de Tetris que nos conceden distintos atributos como mayor vida o la posibilidad de que nuestros ataques tengan efectos secundarios. Además, podremos sintetizarlas en algunas tiendas para fusionarlas y crear otras con mejores características.

El sistema de combate en sí también es el típico: ataques normales, ataques especiales, magias y objetos. Ofrece la posibilidad de organizar la formación de tu equipo al gusto de cada uno, pero su mayor peculiaridad es la posibilidad de activar una especie de cadena de poderes que podremos usar pulsando el botón X al cargar una barra y nos permitirá realizar varias acciones en el mismo turno de un personaje. Esto y la posibilidad de automatizar los enfrentamientos con Y, algo que se agradece y dinamiza mucho el proceso de “levear”, son sus novedades más destacables. Se apoya sobre unas bases de eficacia probada y eso gustará sin lugar a dudas a los amantes de este tipo de propuestas, aunque debemos decir que la variedad de enemigos no es demasiado alta y muchos serán variaciones más fuertes y de otro color de otros anteriormente vistos, incluso algunos especiales. Además, tiene algunos puntos negros a nivel jugable como un control del personaje algo extraño que hace tedioso el desplazarse por el mapa y la ausencia de funcionalidades que aprovechen el Gamepad salvo el off-TV, aunque también se puede jugar con el mando clásico.

El juego tiene una duración media que puede alargarse si nos dedicamos mucho tiempo explorando, tratando de sacar todos los secretos de las mazmorras (llenas de cofres y pasillos ocultos) y tiene una buena cantidad de misiones secundarias que servirán para conseguir objetos raros y muy útiles. También perderemos algo de tiempo subiendo de nivel, como es habitual en estos títulos, ya que es probable que algunos jefes se nos atraganten y debamos ponernos a su altura, aunque la dificultad en general no es demasiado elevada.

Asdivine Hearts está hecho por y para amantes de los JRPG más conservadores. No es algo malo de por sí, al contrario, su público objetivo probablemente lo disfrute muchísimo. Pero se echa en falta algo más de originalidad y personalidad para que no parezca un mero sucedáneo y refrito de propuestas mil veces vistas.